sábado, 11 de julio de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, la paz sea con vosotros!

Hijos míos, no os dejéis vencer por el mundo y sus engaños. Dios es la Verdad y la Vida Eterna. Quien está unido a Dios tiene todo el bien y toda la gracia. Pedid la luz del Espíritu Santo, para que tengáis la fuerza de permanecer siempre en el camino de la verdad, en el camino santo del Señor.

Una gran confusión se está apoderando de muchos de mis hijos, que ya no saben distinguir la verdad del error, porque no rezan y no abren su corazón a Dios como deberían.

El demonio está seduciendo a muchas almas con las riquezas, el poder y los placeres del mundo y así estas almas alejan a otras tantas del camino del Señor, para seguir las mentiras e ilusiones del mundo que conducen al fuego del infierno.

Reza, reza, reza el santo rosario cada día con más fe y amor para vencer todo mal. Llevad siempre con vosotros el rosario y con él salvad almas para el cielo, rezándolo cada día para que muchos de vuestros hermanos se conviertan.

Hijos míos, el demonio está actuando ferozmente contra mis hijos sacerdotes. Vosotros, hijos a los que tanto amo, rezad y sacrificaos por los sacerdotes. Dedicad parte de vuestras oraciones por ellos, que tanto necesitan intercesores que noche y día rueguen por ellos, ante el Corazón de mi Divino Hijo, para que sean fieles a la misión y vocación que Dios les ha dado.

Les agradezco que estén aquí para escuchar y vivir mis llamadas, pero les digo: dedicaos cada vez más y sed obedientes a lo que os digo. No rompáis mi Corazón con vuestros pecados y no entristezcáis a mi Hijo Jesús.

Os amo y deseo vuestra conversión y salvación eterna. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Señor me mostró una visión: Vi a Jesús sentado en un Trono y ante Él había una gran viña con árboles robustos y muchos otros secos y muertos que no servían para nada. Estos árboles representaban a todas las personas de la tierra. Jesús dio una orden a los Ángeles que inmediatamente fueron por todas partes a arrancar los árboles inútiles para arrojarlos a un gran agujero lleno de fuego y estos árboles fueron quemados allí.

Así será al final de los tiempos, el día del Juicio Final para cada alma que rechazó la gracia de Dios y no sirvió para nada en la tierra, que no fue a la Iglesia, que no vivió la Palabra de Dios, que no acogió las llamadas que nuestra Santa Madre hizo en muchos lugares, despreciando y ridiculizando sus lágrimas, sus mensajes y su ayuda maternal. A Dios no le gusta que desprecien y ultrajen a Su Santísima Madre.