martes, 2 de mayo de 2017

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Mi amado hijo, la santidad es amar a Dios, ser todo Suyo en mente, palabras, cuerpo, corazón y alma y amar a tu prójimo, incluso a los que te persiguen y te desean mal.

El amor todo lo soporta y todo lo perdona. Entra en mi Corazón Inmaculado para aprender a amar.

Mira, ¿cuántas almas ciegas, empezando por las almas sacerdotales? Son así porque se han convertido en presa fácil de satanás, se han convertido en sus marionetas para divertirse, llevándolas por el camino fácil de los placeres, las pasiones, el dinero y el poder.

Almas sacerdotales que deberían ser luz para muchos fieles, que deberían rezar, enmendarse, sacrificarse por la salvación de las ovejas que les han sido confiadas.

Al menos tú, hijo mío, que oyes mis palabras, que ves los dolores del Corazón de mi Madre, que sufres a causa de mis hijos rebeldes e ingratos, ofrécete y repara por un bien mayor, para que la Justicia Divina se aleje de todos mis hijos y se deje vencer por la misericordia.

Por eso, te pido amor, perdón y reparación, y así cada día aprenderás de mi Corazón a ser más agradable y perfecto a Dios.

No te dejes vencer por las pruebas. No te dejes vencer por el mundo ni por las tentaciones. Sé fuerte, firme en la fe, busca la fuerza en mi Hijo en la Eucaristía. Él nunca te abandonará, nunca te dejará sola. Cree, cree cada vez más, porque el Señor te utiliza para grandes cosas. Quiere hacer de la Amazonia una fuente de grandes gracias para el mundo. Quiere irradiar desde Itapiranga los rayos de Su Corazón misericordioso para la humanidad.

Nunca te sientas solo. Estoy siempre a tu lado defendiéndote a ti y a toda tu familia. Te bendigo y te doy mi paz: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.