Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
sábado, 17 de enero de 2015
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para deciros que con la oración el mundo puede convertirse y tener paz.
Rezad cada vez más el rosario. Que se convierta en la oración diaria de vuestras vidas y que se rece con amor y fe.
La oración transforma vuestras vidas y libera a vuestras familias de tantos males. A través de la oración, la gracia de Dios actúa en sus vidas y les purifica de sus imperfecciones.
Muchos de mis hijos se han alejado de Dios y sus corazones están llenos de odio, por falta de la paz de Dios en sus vidas. Ayuda a tus hermanos a abrir sus corazones a Dios.
El Padre del cielo busca almas que sepan sacrificarse y ofrecerse por la salvación del mundo. Aceptando con amor y paciencia las pruebas de cada día, podéis ofrecer reparación al Señor para obtener su misericordia y su perdón para los pobres pecadores.
¡Venid, hijos míos, venid! Desde hace mucho tiempo vengo del cielo pidiendo y rezando por la paz. Este es el momento de que os unáis y recéis cada vez más por el mundo entero, pues llegarán días que muchos desearán y será tarde.
El mundo aún vive un tiempo de misericordia, pero pronto veréis suceder muchas cosas tristes que cambiarán vuestras vidas para siempre.
Sed fieles a las llamadas que os haga el cielo. Decidíos por Dios y este tiempo es ahora, no para mañana.
Dios os llama a la conversión ahora, hoy, y hoy debéis acoger esta llamada con amor y convertiros.
Te amo y rezo día y noche por tu salvación. No dejéis de lado las llamadas de vuestra Madre Celestial, acogedlas en vuestros corazones y Dios os dará la paz.
Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, la Virgen estaba envuelta en una luz indescriptiblemente bella y ella misma era luz que irradiaba en nuestras vidas. Cada gesto y cada movimiento de la Virgen hacían brillar de ella una luz maravillosa. Comprendí que cuando le ofrecemos nuestras oraciones del rosario completo, la honramos inmensamente, que no hay palabras en el mundo que puedan explicar cuánto ensalzamos cada vez más sus glorias, haciéndola brillar de alegría y amor por nosotros, sus hijos e hijas, permitiendo que lleguen a nuestras vidas las gracias que Ella desea concedernos.
La Virgen nos convoca a la batalla entre el bien y el mal. Debemos decidirnos por Dios ahora, hoy, y no mañana. Dejar para después no debe existir en nuestras vidas, sino hoy; el después sólo debe ser fruto de nuestra conversión hoy, en este mismo momento y de nuestras oraciones, el después sólo será mejor si lo hacemos bien hoy unidos a Dios, arrepentidos de nuestros pecados, con el corazón contrito y siguiendo nuestro camino de conversión.
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