domingo, 7 de agosto de 2016

Llamamiento Urgente de San Miguel y la Hueste Celestial al Ejército Militante.

Estad Listos y Preparados, Milicia Terrenal, ¡Porque Llegan los Días de la Gran Batalla Espiritual!

Que la paz del Altísimo esté con todos vosotros, hombres de buena voluntad.

Hermanos míos, permaneced unidos en la oración. Poned en práctica los preceptos de Mi Padre y ayudaos mutuamente, para que, cuando os presentéis ante el Tribunal Celestial, seáis irreprensibles y podáis ver la gloria de Dios.

Estad listos y preparados, milicia terrestre, porque se acercan los días de la gran batalla espiritual. Que vuestras armas espirituales estén engrasadas con la oración y vuestra armadura lista para la batalla. A través de nuestro hermano Enoc, daremos instrucciones para el combate espiritual en esos días; por tanto, estad atentos a nuestros mensajes para que pongáis en práctica todo lo que os digamos.

Hermanos, en los días de la gran batalla espiritual estaré más cerca de vosotros y muchos de vosotros, por la gracia de Dios, vais a poder verme. Recordad que después de

el Aviso ya no seréis los mismos; vais a ser seres espirituales dotados de los dones y carismas necesarios para combatir a las fuerzas del mal.

Hermanos, ¿queréis mi protección? Rezad cada día mi oración de combate; haced mi rosario y la coronilla a mis hermanos los Arcángeles y Ángeles del Reino de mi Padre. Vuestra armadura debe estar preparada, cada uno de los que entráis en la guerra espiritual, y debéis llamarme con mi grito de guerra: Quién es como Dios, nadie es como Dios (3 veces) y hacer mi exorcismo dado al Papa León Xiii. Te prometo que si haces lo que te digo, ninguna fuerza maligna podrá hacerte daño.

No tengas miedo de hacer mi exorcismo. No te dejes intimidar por mi adversario, porque eso es lo que quiere, que le temas para que no puedas luchar contra él. Recordad que debéis estar en estado de gracia para hacer mi exorcismo y estar preparados como buenos soldados que van a la batalla. Antes de ir a la batalla, no olvidéis sellarlo todo con la Sangre del Cordero, para que los demonios no puedan robaros la oración.

Necesito guerreros cualificados en la guerra espiritual para luchar junto a Mí y a los Ejércitos Celestiales, contra las fuerzas del mal. Hermanos, mi Padre concede las mayores batallas sólo a sus mejores guerreros. El resto de la milicia terrestre nos apoyará con sus oraciones en esos días. Estaremos bajo el mando de Nuestra Señora y Reina, todos unidos seremos el glorioso e invencible ejército del bien que expulsará de la faz de la tierra, por la gracia de Dios, a Satanás y a sus demonios.

Preparaos, guerreros del Altísimo, porque se acerca el día del gran Armagedón. Leed la Santa Palabra de Dios, alimentaos cada día del Cuerpo y de la Sangre del Cordero Divino; practicad la justicia, revestíos de la armadura espiritual mañana y noche; ayunad y haced penitencia y permaneced en constante oración para que, cuando lleguéis a la eternidad, mi Padre os elija como soldados cualificados y podáis, al volver a este mundo, formar parte activa del glorioso ejército de Dios.

Consagraos a mí y a mis hermanos, los Arcángeles y los Ángeles, y consagradnos a vuestras familias para que tengáis nuestra protección. Todos nuestros fieles devotos pueden contar con mi intercesión y con la de los Arcángeles y los Ángeles del Reino de Mi Padre, en este mundo y en la eternidad. Mi Padre, que es amor, nunca ignora las súplicas que hacemos por nuestros devotos y siempre concede la gracia de la salvación a todas aquellas almas por las que intercedemos. Así pues, estad preparados, hermanos míos, porque se acerca el Aviso de mi Padre.

Dad gloria al Altísimo, porque su misericordia es eterna. Aleluya, aleluya, aleluya. Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Dios. Paz a los hombres de buena voluntad.

Somos vuestros hermanos, Miguel y los Arcángeles y los Ángeles de la Hueste Celestial. Dad a conocer nuestros mensajes a toda la humanidad.