Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
domingo, 24 de diciembre de 2017
4º Domingo de Adviento.
El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V. a través de Su voluntarioso, obediente y humilde instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, domingo 24 de diciembre de 2017, celebramos dignamente el cuarto domingo de Adviento en una Santa Misa de Sacrificio en el Rito Tridentino según Pío V. Se encendió la cuarta vela de la corona de Adviento. El altar del Sacrificio y el altar de María estaban ricamente decorados con amarilis. Inclinaban sus pétalos hacia la Virgen. Eran blancas en el altar de María y rojas en el altar del Sacrificio. En los cálices individuales había perlas doradas y blancas. Las llamas de las velas de la corona de Adviento se duplicaban durante la Santa Misa del Sacrificio.
Jesús me dijo que hoy, cuando se encendió la cuarta luz del Adviento, la luz fluyó hacia nuestros corazones. Nos hemos preparado para este tiempo prenavideño con muchos rosarios, devociones de Adviento y de expiación. También hemos podido prepararnos en las Santas Confesiones y también hemos hecho muchos sacrificios. Fuimos sostenidos como un pequeño rebaño por celosas oraciones y les estamos especialmente agradecidos.
Los ángeles entraron y salieron y adoraron al Santísimo Sacramento en el sagrario. Se inclinaron profundamente en reverencia a la tierra.
La Virgen nos bendijo durante la Santa Misa del Sacrificio. Había reunido a su alrededor a muchos ángeles. Se inclinaron ante la Santísima Madre y le rindieron homenaje.
El Padre Celestial hablará en este cuarto domingo de Adviento: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento, a través de Mi dispuesto y humilde instrumento e hija Ana, que está totalmente en Mi Voluntad y repite sólo las palabras que vienen de Mí.
Amado pequeño rebaño, amados seguidores y amados peregrinos de cerca y de lejos. Yo, el Padre Celestial, os doy hoy, en el cuarto Domingo de Adviento, instrucciones especiales para la venida de Mi Hijo Jesucristo. Yo, vuestro Padre Celestial, he dejado que esta luz de Adviento brille en lo más profundo de vuestros corazones, para que resplandezca y muestre a los hombres el verdadero camino de la fe.
¿Cómo es este camino, Mis amados? Va recto, es decir, en la verdad. Vosotros, Mis amados, perdonad a todos los que os hayan hecho mal para que esta luz brille en vosotros y traiga la paz a los hombres. La paz también llegará cuando recéis por vuestros enemigos.
En los últimos tiempos los enemigos os han perseguido de una manera muy especial. Rezad por vuestros enemigos, porque ellos también se salvarán. Reza por tus perseguidores, porque Yo también quiero salvarlos. Mediante tu expiación, tu oración y tu perseverancia puedes conseguir mucho. El mal será disuadido y entonces no tendrá ninguna posibilidad de seguir seduciendo a estas personas.
Estas personas deben arrepentirse de sus ultrajes y hacer una Santa Confesión digna y válida. Sólo entonces quedarán libres de su culpa. Pero si siguen permaneciendo en la grave culpa y prefieren el mal, entonces no podré perdonarles en mi misericordia, porque entonces se impondrá mi justicia.
Cuando se da el perdón en la Santa Confesión, el mal debe ceder, ya no hay lugar para él. Perdonaré a los pecadores, porque no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta.
Amados míos, os pido de nuevo que os separéis de aquellas personas que tienen graves deudas y no observan los Diez Mandamientos.
Si estas personas no observan uno de los mandamientos, están en pecado grave y no pueden recibir el sacramento de la Sagrada Comunión.
Sepárate de tus hijos y parientes si no quieren seguir el camino verdadero y siguen en grave deuda. El maligno puede saltar sobre vosotros. No eres rival para él. Este es Mi buen consejo para todos vosotros.
En los últimos tiempos, la época de la crisis de fe, ciertamente no habéis hecho frente a la astucia del mal. A menudo no podéis reconocer la astucia. Si ya habéis tendido la mano al mal, es difícil conocer la verdad.
¿Qué significa hoy un pecado grave? En el modernismo no hay pecado grave. Allí la mentira se convierte en verdad. Ten cuidado de no estar a merced del mal en este último tiempo y caer luego en el mal. Rechaza el mal lejos de ti. No puedes transigir ni conversar con el mal. Desde luego, no responde a tus deseos y percepciones. Es el retorcedor y el seductor. Aléjalo diciendo: «Dejad paso a Satanás, por amor al Padre celestial», porque por mi poder tendrá que ceder.
Pero si tus hijos siguen teniendo graves deudas, ya sean sexuales o incluso en el mandamiento dominical, mantén las distancias con ellos. Tienes la oportunidad de comprar un Dvd y celebrar una Santa Misa de Sacrificio digna todos los domingos. Nadie puede decir de ellos que no se le da la oportunidad de asistir a la misa dominical.
Todos Mis amados que aman a sus hijos más que a Mí, no Me dan el honor. Me ponen en segundo lugar.
Espero mucho de vosotros, Mis amados seguidores. Antes de mi venida os señalo de nuevo todos los peligros. No espero que os separéis de vuestros maridos. No renunciaréis a vuestra unión conyugal, pero rechazaréis el mal.
Los Diez Mandamientos, amados Míos, son importantes. En él también se dice: «Honraréis a padre y madre, para que os vaya bien y viváis mucho tiempo sobre la tierra». Si sólo se viola este mandamiento, los hijos no están en la verdad. Entonces yacen en pecado grave y pueden arrepentirse de este pecado en una Santa Confesión digna y válida.
Os amo a todos, hijos Míos, y quiero invitaros a la Nochebuena. Es la noche más santa que seguirá a esta noche. Por eso, hoy, en este cuarto domingo de Adviento, quiero prepararos para esta Noche Santísima. Rezad, perseverad y velad, porque el maligno quiere apartaros de esta noche santísima en el último momento.
Os bendigo con vuestra queridísima Madre, vuestra Madre y Reina de la Victoria, con todos los ángeles y santos en la Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vive el amor y vigila, porque el malvado anda por ahí hasta en el último momento y quiere capturarte con su astucia. Amén.
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