domingo, 11 de enero de 2015

¡La muerte no es la «solución» a tus preocupaciones y problemas!

- Mensaje nº 809 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a Nuestros hijos lo siguiente: Confesaos, hijos Míos, antes de que sea demasiado tarde para vosotros, pues las promesas se están cumpliendo, y actualmente sólo hay unos pocos hijos que son dignos de ser llevados al Nuevo Reino de Mi Hijo -Su Reino.

Hijos Míos. ¡Convertíos y volved! ¡No es demasiado tarde! Vuestra tierra pasará, pero vuestra alma permanecerá, así que volveos, para que no os perdáis y vuestra alma pueda entrar en su herencia prometida.

Hijos míos. Vuestra alma sufre, y dejáis que se marchite persiguiendo lo terrenal y no reconociendo lo que es realmente importante. Estáis aquí para prepararos para la eternidad , pero muchos de vosotros no lo creen. Piensan -y así se mienten a sí mismos- que después de su existencia terrenal «todo se acaba». Con ello se refieren a las prisas, la carga, las penurias y las agonías, porque cuando «mueren», ya sea por muerte normal o inducida, creen estar «redimidos» (nota liberados de ) de toda esta carga y penurias y agonías del alma, pero, hijos Míos, ¡La Propia Calidad No Comienza Hasta Que Lo Sabéis!

La muerte no es la «solución» de tus preocupaciones y problemas, ¡porque ésta es Sólo Jesús, tu Salvador que tanto te ama! Además, ni la preocupación ni la necesidad cesan tras tu fallecimiento, ¡sólo cambian! Quien piense que todo acabará cuando abandone la Tierra, se equivoca, porque comienza la vida eterna, y ésta es larga, hijos Míos.

Por eso, ¡todos vosotros «huid» hacia Jesús! ¡Vivid con Él! ¡Entregadle a Él vuestras preocupaciones y necesidades! ¡Cuando dejéis la tierra -a través de una muerte no causada por vosotros mismos(!)- Él estará allí y os llevará con Él, ¡pero quien no Le haya confesado, será atrapado por los demonios del diablo y pasará su eternidad en los fuegos del infierno!

Hijos míos. Es tan sumamente importante que os confeséis durante vuestra vida , porque cuando la muerte -o el fin- llame a vuestra puerta, ¡deberéis estar preparados! ¡Sólo los que han dado su Sí a Jesús pueden salvarse! Así que no esperes más y vuelve atrás. Yo, tu tan amada Madre del Cielo, te pido que lo hagas, porque quien no se purifique ahora, pronto no tendrá más tiempo para hacerlo.

El Purgatorio ya no será una opción porque sólo habrá 2 caminos: El Infierno del Diablo o el Nuevo Reino de Mi Hijo. Así que preparaos y purificaos, porque cuando llegue el final, deberéis estar puros y preparados. Amén.

Os amo.

Vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.