Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania

 

lunes, 9 de septiembre de 2013

La gracia de Dios.

- Mensaje nº 265 -

 

Hija mía. Mi querido hijo. Es bueno tenerte de vuelta. Te agradezco mucho y de todo corazón este maravilloso viaje que has hecho en Mi honor, porque desde que lo hiciste como peregrinación del Rosario, todo el viaje se convirtió en Mi honor. Gracias, hija Mía.

Hijos míos. Es hermoso ver cuántos niños peregrinan a Mis Santos Lugares. La fe de estas personas es grande y Me conmueve hasta las lágrimas. Si todos Nuestros hijos conocieran las gracias que se les conceden a través de tal peregrinación, a raudales correrían hacia Nosotros, pero no lo ven o no quieren verlo.

No muchos conocen las gracias del Señor. La mayoría de los hijos de los hombres no comprenden qué es la gracia, qué significa. La gracia es un don de Dios que puede beneficiar a una sola persona o a toda la humanidad. Sin la gracia de Dios, nadie encontraría el camino de regreso al Reino de los Cielos, pues todos sois pecadores, y afligidos por el pecado no podéis presentaros ante el Padre.

Por eso es tan importante la gracia del Señor. Te hace mejorar en la vida, te hace «crecer», realizarte, ¡ser feliz! Te «levanta» del fango del pecado y del dolor y, en última instancia, te conduce al Padre mismo. Ella te concede tanta alegría en la vida y momentos tan maravillosamente bellos. ¡Ella cura, ama y eleva!

Sin la gracia de Dios, te ahogarías en el fango de la mentira, el engaño, el mal, la maldad, el pecado. Serías arrastrado a los abismos de las tinieblas y te sentirías locamente miserable. Sin embargo, por la gracia del Padre, se te dará ¡una y otra vez! Con alegría, con felicidad, con amor. Momentos de plenitud y ayuda en los que no ves salida por ti mismo.

La gracia del Señor os mantiene vivos, porque si Dios no os quisiera, no os amara, entonces todos vosotros no estaríais aquí. Por tanto, Mis tan amados hijos, venid y peregrinad a Nuestros Santos Lugares. Allí os concederemos grandes gracias.

Pero peregrinad con amor y alegría en vuestros corazones, y rezadnos. Os daremos Nuestras bendiciones y os concederemos Nuestras gracias. Hacednos honor, y así será. Os amo, Mis amados hijos.

Vuestra amorosa Madre del Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

"Que así sea. Vuestro Jesús, que tanto os ama. Amén".

Origen: ➥ DieVorbereitung.de

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