sábado, 24 de octubre de 2015

Sábado, 24 De Octubre De 2015

Sábado 24 de octubre de 2015: (San Antonio María Claret)

El Espíritu Santo dijo: «Yo soy el Espíritu de Dios», y estáis oyendo cómo San Pablo habla del espíritu del hombre y de estar unido al Espíritu de Cristo. Muchos creyentes no comprenden que el hombre está formado por espíritu, alma y cuerpo. El espíritu se refiere a ser consciente de Dios, y contiene tu intuición, tu conciencia y una comunión con Dios. El alma se refiere a ser consciente de uno mismo, y contiene la mente, las emociones y tu libre albedrío. El cuerpo se refiere a ser consciente del mundo a través de tus sentidos. Vengo a compartir vuestro vínculo con Dios a través de Mí, pues sois Templos del Espíritu Santo. Os mantengo centrados en vuestro deseo de estar con la Presencia de Dios, y especialmente de desear estar en el cielo por toda la eternidad. En el espíritu del hombre encuentras tu mayor anhelo de Dios, especialmente en la Misa, recibiendo la Sagrada Comunión, y ante el Santísimo Sacramento en la Adoración. Tu corazón se siente embargado por el amor de Dios cuando rezas, pues ésta es tu comunicación con Dios. Confía en las Tres Personas de Dios mientras Nosotros te elevamos a un nivel superior de amarnos en tu espíritu.»

(Misa de las 16:00) Jesús dijo: «Pueblo mío, estáis oyendo en la lectura cómo pude curar al ciego porque tenía fe en que Yo podía curarle. Esto fue distinto de lo que ocurrió con la gente de Nazaret, que no tuvo fe en Mi curación, por lo que no pude curar a ninguna de las personas de aquel pueblo. Aunque pienses en Mi curación de la ceguera de sus ojos físicos, también existe la curación de la vista espiritual que se produce cuando alguien se convierte en creyente. Para tener el don de la fe, necesitas Mi gracia para tener los ojos de la fe que comprenden Mi amor por ti. Una vez que Me aceptas en la fe, tienes la responsabilidad de amarme a Mí y a tu prójimo como a ti mismo. También necesitas tender la mano y compartir tu dinero y tu fe con los demás. De este modo puedes ayudar a los demás a quitarse su ceguera espiritual, para que puedas ayudar a hacer crecer Mi Iglesia. Cuando tengas la luz de la fe, podrás ver la vida desde una perspectiva más amplia, como Yo veo la vida. Alábame y dame gracias por abrir tus ojos físicos y espirituales».