Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

sábado, 8 de febrero de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz y de Santa Águeda al Vidente Marcos Tadeu Teixeira

La Santidad es el Apogeo del Amor». Mensaje de Nuestra Señora y de Santa Águeda

 

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz

«Queridos hijos, hoy os invito a la santidad. Imitad a los Santos, hijos míos, buscando en vuestras vidas responder a la llamada del Amor Eterno como ellos respondieron.

Abrid vuestros corazones y dejad que el Amor Divino entre en vuestros corazones. Aún no habéis comprendido mis palabras. Después de tantos años, no habéis comprendido que la santidad es amor y quien vive en el amor, vive en la santidad.

La santidad no es más que amor en su más alto grado de perfección. En otras palabras, la santidad es el amor total, es el amor en su etapa más elevada, en su cumbre, y en otras palabras: ¡la santidad es el Apogeo del Amor!

Cuando alcances la cumbre del amor a Dios, la cumbre del amor a mí, la cumbre del amor a las almas, alcanzarás la santidad

Sí, sólo a través del amor puedes ser santo, perfecto como es perfecto el Padre del Cielo.

La santidad de Dios es Amor, es Amor en su cumbre. Es Amor en estado eterno, infinito, sin límites, sin principio ni fin. Es el Amor en su estado divino, etéreo. Y todo el que vive en el Amor vive en Dios y Dios vive en él.

Por eso, hijos míos, tratad de ensanchar cada día vuestros corazones mediante muchas oraciones, sacrificios, renunciando también a vosotros mismos y a vuestra propia voluntad, tratando de entregaros cada vez más al Señor, para que entonces crezcáis en el amor y alcancéis así la plenitud de la santidad.

Imitad a mis hijas Águeda, Bakita y a todos mis santos.

Imitad su amor a Dios, a mí y a las almas. Así alcanzarás la plenitud de la santidad y tu vida será realmente la anticipación del Cielo en la Tierra y darás finalmente a Dios: la gloria, el amor, la satisfacción y la correspondencia que Él quiere de ti.

¡Vive en el amor y vivirás en Dios!

¡Vive en el amor y el Amor, Dios, vivirá en ti!

¡Vive en el amor y Yo, la Madre del Amor, viviré en ti!

Reza mi Rosario todos los días, porque todo el que rece mi Rosario recibirá de mí, tres días antes de la muerte, la gracia de la contrición perfecta que le hará acreedor a la corona de la vida eterna.

Todo el que rece mi Rosario un año antes de su muerte, empezará a recibir gracias especiales que prepararán su alma para el viaje a la eternidad.

Todo el que rece mi Rosario todos los días 7 de cada mes, pero especialmente en febrero y octubre, recibirá de mí 322 gracias especiales.

Os bendigo a todos con amor y especialmente a ti, mi pequeño hijo Marcos. Muchas gracias por haber soportado esta semana con tanta paciencia y amor los dolores de cabeza que te envié, el sacrificio de amor que vengo a pedirte cada día.

Sí, has reunido muchos méritos ante el Señor y ante mí, que te han hecho ganar hoy 52 gracias especiales y a tu Padre Carlos Tadeo 59.782 gracias.

Además, con estos sacrificios de esta semana, has salvado esta semana para el Señor 251.128 almas.

Alégrate, hijo mío, y sigue ofreciendo este sacrificio que te pido, siempre que te lo pido, porque este sacrificio ha salvado a muchas almas que se están enamorando del Señor en todo el mundo. Y un día, en el Cielo, verás brillar en una visión maravillosa a todas aquellas almas que introdujiste en el Cielo con tus sacrificios de amor y que sin ellos se habrían condenado fatalmente.

Ahora te bendigo con amor y te doy 36 gracias especiales y para tu Padre Carlos Tadeo doy 489.202 gracias por los méritos de los Trece que hiciste por mí, el número 9.

Cuántos castigos ha ahuyentado, cuántas almas en todo el mundo han ardido de amor al Señor y se han convertido. Cuántas bendiciones atrajo para la humanidad, cuántas espadas de dolor arrancó de mi Corazón. ¡Y todo esto gracias a ti!

¡Alégrate, hijito, y sigue trabajando para mí, sirviéndome, para que pueda seguir realizando estas maravillas y favores, enriqueciendo a quien no sólo es tu predilecta, sino también la predilecta de mi Corazón!

A todos bendigo con amor: desde Fátima, desde Lourdes y La Salette, desde Jacareí y Schio.

Paz!»

Mensaje de Santa Águeda de Catania

«Queridos hermanos míos, yo, Águeda de Catania, vengo hoy con Nuestra Santa Reina para deciros a todos: ¡Amad al Amor que os amó primero!

Amad al Amor que os amó primero, dando a Jesús vuestro corazón. Sí, ¡la santidad es amor!

¡Ama a Jesús y serás santo como Él es santo!

Amad a Jesús, amad al Amor y entonces la santidad será la lámpara, la luz que ilumine vuestros corazones.

Amad a Jesús que es Amor, que es el Amor que os amó primero, y entonces la santidad irradiará de vosotros iluminando toda la tierra con la luz de la gracia, con la luz del amor, con la luz de la gloria del Señor.

Amad al Amor que os amó primero y dadle finalmente el «sí» de vuestros corazones.

Por el camino de la santidad, es decir, del amor, Nuestra Santísima Reina y yo hemos venido aquí para guiaros. Tomad mi mano, dejaos guiar por mí, pues de este camino lo conozco todo, todos los pasos, pues lo he recorrido antes que vosotros, antes que vosotros.

Dadme vuestras manos y yo os guiaré.

Viviendo en la santidad, es decir, en el amor, pronto creceréis y llegaréis a ser gigantes en el amor verdadero como yo. Abrid vuestros corazones al amor y dejad que el amor entre en ellos y os transforme realmente en las lámparas de santidad que el mundo necesita ahora.

¡Rezad, rezad y rezad! Porque sólo a través de la oración podéis poseer el amor y alcanzar así la plenitud de la santidad.

Sin oración no hay ayuno; sin ayuno no hay conversión; sin conversión no hay amor y sin amor no hay salvación.

Así pues, rezad, rezad, rezad hasta que la llama del amor divino se encienda en vuestros corazones y voléis verdaderamente en el Cielo del amor verdadero.

En el camino hacia la fortaleza vengo a guiaros. Rezad, pues, para que aumente vuestra fe. Rezad mi rosario, al menos cada sábado, pidiendo el aumento de la fuerza y de la fe.

A todos los que recen así y el día 5 de cada mes, les daré no sólo el aumento de la fe, sino también 14 gracias especiales.

Rezad, rezad con el corazón, porque sólo la oración con el corazón puede haceros sentir, poseer amor y así poseer la verdadera santidad.

Yo, Águeda, os amo a todos, ¡nunca os dejo, nunca os abandono! Nunca, nunca compactéis con las tinieblas de este mundo, sino haced como yo: liberaos abriendo vuestro entendimiento a toda sabiduría, a toda luz y a toda gracia que el Señor aquí, en estas grandes Apariciones, os da a todos.

Verdaderamente, aquí el Señor os ha dado y preparado lo mejor, ¡abrid vuestros corazones para acoger toda esta riqueza y dejad que esta riqueza rebose de vuestros corazones, para que juntos podamos superar tanta pobreza espiritual que existe en el mundo, tanta miseria espiritual!

Os bendigo a todos con amor, especialmente a ti, mi amado hermano Marcos. Muchas gracias, gracias por la película de mi vida que hiciste para mí hace tantos años.

Con esa película sacaste espadas de dolor también de mi corazón, porque sufro porque no soy conocida y porque no soy conocida Jesús no es conocido ni amado, y al darme a conocer también hiciste que el esposo de mi alma fuera más conocido y amado por todos los que me conocían. Sí, cuántos de los aquí presentes, sobre todo jóvenes, han decidido seguirme por el camino del verdadero amor al Señor y a la Madre de Dios.

Por eso, hoy, por los méritos de esa hermosa película que hicisteis de mi vida, os corresponden 97 gracias.

Y a vuestro Padre Carlos Tadeo, vuestro predilecto, el predilecto de la Señora, Nuestra Reina y también mi predilecto, le concedo hoy 874.103 bendiciones especiales que recibirá a lo largo de 5 años, especialmente el día de mi fiesta, el 5 de febrero, y el 5 de cada mes.

Así que enriquezco y favorezco a la que es tu favorita y mi favorita y por la que has pedido hoy durante todo el día.

Alegra tu corazón y continúa, continúa sirviendo a la Madre de Dios y haciendo grandes obras de amor, porque por ellas toda la tierra, toda la humanidad y especialmente tu tierra, nuestra amada tierra de la Santa Cruz, ¡será bendecida!

También os bendigo y os doy 48 bendiciones especiales por el Rosario que hacéis en mi honor. Y a vuestro Padre le doy por los méritos de este Rosario grabado 322.101 bendiciones especiales.

Y sobre todos vosotros, aquí presentes, derramo ahora 5 bendiciones especiales que el Señor me concedió el día de mi fiesta y que ahora derramo sobre todos vosotros de Catania, Siracusa y Jacari».

Mensaje Privado De Nuestra Señora A Carloss TADEU , Su Hijo Muy Amado

«Mi querido hijito Carlos Tadeu, hoy te doy el mensaje especial que te doy todos los días 7 de cada mes. Aquí lo tienes:

Te di lo mejor, te di lo mejor dándote el siervo, el hijo más obediente, más trabajador, más dedicado de mi Corazón que tantos Rosarios meditados, tan bien meditados a cada misterio, Rosarios que contienen mensajes de mis apariciones despreciadas y olvidadas del mundo entero.

Rosarios que quitaron tantas espadas de dolor clavadas durante siglos en mi Corazón, hijo que hiciste tantas Horas de Oración, tantos Trece, tantas Setenas, tantos vídeos de mis Apariciones y de la vida de mis hijos más queridos, los Santos.

Hijo que diste tanto honor y gloria al Señor, tanta gloria, tanta alegría a mi Corazón; que eres mi predilecto, el predilecto de mi Hijo Jesús y de mi esposo José, el predilecto de la Trinidad, el predilecto de los Ángeles y de los Santos.

Te di al mejor, al hijo más entregado, al más esforzado, para que a través de él no sólo recibieras sabiduría, conocimiento, luz, sino que también recibieras tantas gracias de mi Corazón Inmaculado que extraigo del tesoro espiritual del hijo que te di y te doy.

De este modo te enriquezco y hago de ti el alma más afortunada del mundo entero.

Te di lo mejor, dándote al hijo que consumió toda su juventud, toda su vida, año tras año, trabajando para mí, haciendo mis Rosarios meditados, mis Horas de Oración, renunciando incluso al descanso, al ocio, a un día sabático de reposo para servirme. Y así, dando a mi Corazón no sólo honor, gloria y alegría, sino también dando a mi Corazón lo que más desea: ¡amor y almas!

Sí, tantas como las almas convertidas y salvadas por los Rosarios meditados, las Horas de Oración, las películas del hijo que os di, tantas como las coronas de gloria que os daré en el Cielo por la participación en sus méritos.

Os di lo mejor, dándoos al hijo que más sufrió por mí con paciencia y amor, el hijo ___ (faltó la grabación), de la enfermedad también para poder realizar mi obra de salvación y hacer llegar mis Mensajes de Amor a todos mis hijos para poder salvarlos, atraerlos a mi Corazón y encerrarlos a todos en el refugio seguro de mi corazón.

Y tantas como almas se salven por tan gran sufrimiento de un alma tan entregada y obediente a Mí, tantas como las joyas de vuestras coronas en el Paraíso.

Te di lo mejor, ¡ama lo mejor! Te di el alma que más ama al Señor, que más Me ama a Mí y que más ama mi Rosario.

Sí, mi hija Inés no se equivocó, os di el alma que más ama al Señor y a Mí. Y tantos como grados de amor alcance esta alma, se elevarán en esta vida. ¡Y son muchos! Tantos como grados de gloria y alegría accidental tendrás en el Cielo durante los siglos venideros.

Te di lo mejor, ¡ama lo mejor!

Y mi hijo sabe que cuando me aparecí por primera vez a mi hijito Marcos, derramé sobre ti una extraordinaria lluvia de gracia.

Y en la Nochebuena de 1991, cuando pedí a mi hijito Marcos el «sí» y la consagración total a mí y él me dio ese «sí». Los méritos de ese «sí» subieron al cielo y se convirtieron en una abundantísima lluvia de gracia que derramé sobre toda la tierra, pero especialmente sobre su alma.

Y que sepas, hijito, que cuando estaba en Éfeso con mi hijo Juan, allí me alcanzó el demonio, averiguó dónde me encontraba e instigó a los habitantes de la ciudad para que nos persiguieran a mí y a mi hijo Juan con el fin de echarnos de Éfeso. Y así, no sólo arruinar la predicación de mi hijo Juan, sino también, si era posible, acabar con mi vida.

Sufrí, sufrí profundamente al ver que toda aquella ciudad se amotinaba contra Nosotros. Y, sobre todo, sufrí intensamente por saber la ruina que habrían tenido las almas sin la predicación de mi hijo Juan. Y sufrí mucho por el sufrimiento de mi apóstol y amado hijo.

Ofrecí todo ese sufrimiento por ti para que el Señor lo convirtiera en el futuro en gracia para ti, hijo mío.

El Señor respondió a mi oración y me prometió hacer exactamente lo que le pedí. Y también, como recompensa por mi resignación, conformidad, paciencia y fortaleza en tan gran tribulación, porque estuve dispuesta a sufrir e incluso a morir por el Señor en aquel lugar.

El Señor me concedió la gracia de que muchos de los que estaban siendo instigados por el demonio fueran liberados de su influencia y muchos se convirtieron aceptando la predicación de mi hijo Juan.

De este modo triunfó el Señor en Éfeso y mi hijo Juan siguió proclamando el Evangelio de mi hijo Jesús. Y yo continué durante muchos años en aquella ciudad, orando por ella y alcanzando copiosas conversiones en el rebaño del Señor, ayudando a mi hijo Juan a hacer triunfar en su corazón el amor divino de mi hijo.

¡Todo esto lo ofrecí por ti porque te amaba tanto que mi hijo te ama y quiero favorecerte mucho más!

El preferido de mi hijo Marcos, el preferido de mi corazón, el preferido del Señor, prefiere lo mejor y el Señor siempre te preferirá más en las gracias de su amor.

Te bendigo, sigue rezando mi Rosario todos los días y en los próximos dos meses reza con mis hijos el Rosario de mis Lágrimas de Sangre nº. 32 y 33 que el hijo que os di hizo para mí y que tanto tocan la fibra más íntima de mi Corazón.

Y también, en el mes de marzo rezad el Rosario de mi hija Águeda en todos los Cenáculos, hablad de ella, mostrad el vídeo que el hijo que os di hizo de su vida. Para que mis hijos, especialmente los jóvenes, se enamoren de ella y a través de ella de mí y del Señor y así mi Amor triunfe en ellos.

A todos os bendigo ahora con amor y especialmente a vosotros para que seáis muy felices, ¡para que todos seáis felices!

Y a todos les dejo mi Paz».

(María Santísima después de bendecir y tocar los objetos santos): «Como ya he dicho, allí donde llegue uno de estos rosarios e imágenes, allí estaré viva con mi hija Águeda y mi hija Bakita llevando conmigo las grandes gracias del Señor.

A todos bendigo de nuevo y dejo la paz».

(02.08.2020 | Mensaje de Nuestra Señora y Santa Águeda de Catania | Apariciones de Jacareí)

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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