sábado, 24 de noviembre de 2007

Mensaje de la Muy Santa María

Marcos, te bendigo hoy y te consuelo, hijo mío. Recuerda que cuando estaba en Egipto, ¿tenía que trabajar para ayudar a SAN JOSÉ? Para ganarme la vida para Nuestra familia, para cuidar al NIÑO JESÚS.

Algunas mujeres comenzaron a trabajar conmigo, atraídas en parte por Mi dulzura y bondad; y también porque trabajaba admirablemente bien en cosas manuales.

Así a una de ellas le confié los trabajos que hacía para que los vendiera en las ciudades y así obtuviera para Mí el sustento necesario. Al principio fue honesta, pero después de un tiempo se convirtió en ladrona, mentirosa y falsa.

Mi Divino Hijo, que como DIOS lo sabía todo, no quiso revelármelo al principio, solo más tarde se lo reveló a ella. Y grande fue Nuestro dolor al ver que la que tanto se había beneficiado de nosotros, porque al principio era torpe y no sabía trabajar; y por Mí había sido tratada con tanta bondad y gentileza se convirtió en Nuestra traidora.

Grande fue Mi dolor. Pero ves hijo, yo he pasado por este dolor y a pesar de esto y muchos otros que te he revelado y aún te revelaré, ¡he superado al mundo! El mundo no me detuvo de triunfar en Mi Asunción. Mientras yo subía al Cielo cuerpo y alma, los que tanto me traicionaron y me hicieron sufrir en vida, descendieron al infierno para sufrir allí por toda la eternidad.

Piensa hijo, que lo que te sucede es justo lo que le sucedió a la Dama. Lo que te sucede le sucede al siervo.

Te he dicho muchas veces que lo que se te haga, considéralo hecho a Mí.

¡Y que lo que Mi hijo te haga en esta vida se tomará como hecho a Mí! Sí Marcos, los que te hacen sufrir no importa cómo en esta vida, no entrarán al Reino de los Cielos, porque ¡no dejaré!

Sabe Mi hijo que los que te hacen sufrir no entrarán al Reino de los Cielos! ¡Ay de aquel por quien es engañado el inocente, ay de aquel por quien es dañado y sufre el obediente a Mi Corazón, mejor fuera para él si hubiera muerto antes de nacer!

Por eso Marcos tenme, tenme, y permanece siempre firme en Mi servicio Yo te consolaré, a cambio de estos sufrimientos te daré el Cielo, piénsalo y te consolarás! Sé que seguirás sufriendo toda tu vida por muchas cosas que te han hecho.

Sé que derramarás lágrimas al recordar los dolores que ya te han hecho. Pero anímate, hijo mío, anímate con el pensamiento del Paraíso que te daré como recompensa por sufrir tanto a Mi lado.

¡Anímate! ¡Consuélate! Yo seré tuyo por toda la eternidad en el Cielo, piénsalo y te consolarás.

Ten Mi paz, te bendigo".