jueves, 28 de junio de 2018

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

La Santísima Madre vino una vez más del cielo para transmitirnos sus palabras maternales. Su presencia Inmaculada entre nosotros es la gran señal de que Dios no nos ha olvidado. El amor de la Virgen Inmaculada es el reflejo del gran amor del Sagrado Corazón de Jesús por nosotros. Dios nos ama y, a través de Nuestra Señora, desea concedernos las bendiciones y las gracias que nos sanen y cambien nuestros corazones.

¡Paz mis queridos hijos, paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, os amo tanto y estoy feliz por vuestra presencia y por el amor que me dais. Con vuestras oraciones formad una barrera espiritual que impida el avance del mal, de los errores y de las herejías en el mundo. Uníos cada vez más en la oración, porque los tiempos son serios y graves, en los que está en juego la salvación eterna y la felicidad de muchas almas.

Dios os llama, a través de mí, a ser sus apóstoles en estos tiempos, a combatir todo mal con el rosario, con el ayuno y con los Santos Sacramentos.

No tengáis miedo y no os detengáis en vuestro camino espiritual. Luchad por el reino de los cielos. Haz todo lo posible para estar en gracia de Dios en este mundo y Dios hará lo imposible para tenerte a su lado un día en el cielo.

No te canses de rezar. La oración es preciosa en estos días, pues es a través de la oración como Dios os da muchas gracias, luz y bendiciones para comprender cómo debéis vivir y actuar, en estos tiempos tortuosos, en los que Su Santísimo Nombre y Su Divino Corazón son ofendidos. Os doy las gracias por haber venido, por haber escuchado mi invitación a la oración y el clamor de mi Corazón Inmaculado.

Rezad, rezad, rezad y sed de Dios cada día, porque por sus hijos, por los que son obedientes y humildes ante su Corazón Divino, Él hará grandes cosas.

Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.