sábado, 15 de abril de 2017

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Al amanecer, tuve un sueño: Estaba en cierto lugar de Manaus y vi a muchísimas personas afligidas. Estaban todos enfermos, contaminados, y no había esperanza para ellos. Estas personas gritaban de dolor, lloraban de desesperación; otras se desplomaban y ya no tenían fuerzas para caminar. Era un espectáculo triste, apocalíptico y doloroso de ver, un auténtico caos como nunca había ocurrido en el Amazonas. De repente vi que el cielo se abría y vi a la Virgen. Me entregaba una imagen suya, de Nuestra Señora de Aparecida con una hermosa corona de oro, parecida a la que tenía en casa, pero con una corona diferente, que brillaba mucho. La Virgen me hizo comprender que todo el que mirase su imagen con fe y pidiese con confianza, arrepentido de sus pecados, sería curado. De repente, me vi llegando a un lugar determinado, parecía una pequeña Capilla, muy sencilla, de madera, que me recordaba a los zancos del Amazonas, y en esta Capilla muchas personas sabían que yo iba a estar allí y acudían por millares. Todas estas personas querían llegar a esta Capilla, porque querían contemplar la imagen de Nuestra Señora. Entonces me dirigí a la parte delantera de la Capilla y levanté la imagen de Nuestra Señora en alto. Su corona brilló mucho en aquel momento y toda la gente, extasiada, la miraba y lloraba. Fue entonces cuando me desperté. Este sueño me conmovió mucho y me hizo reflexionar sobre lo que vi. Era muy real».