lunes, 2 de febrero de 2009

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, Yo soy la Madre de Jesús. Mi Divino Hijo, la Luz del mundo me envía aquí para bendecirlos y darles este mensaje celestial. Hijos, oren con amor y en familia cada día. El rosario es la oración que tanto agrada el Corazón de Mi Madre. Los amo y deseo ayudarlos en su camino de conversión.

Me piden gracias, pero les digo. Oren, sean hombres y mujeres de oración. Crean, crean, crean, y así Dios escuchará sus oraciones, pero también les digo: sean obedientes, traten de dar testimonio de una vida santa, aléjense de todas las cosas malas, y así Dios tendrá misericordia de ustedes. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

(¹) Cuando Nuestra Señora dijo: ¡Paz!... Oren por la paz!... Suspiró como decepcionada porque no nos escuchamos y seguimos destruyendo la paz con nuestras actitudes y pecados. La paz de Dios falta en muchos corazones, porque los hombres no la buscan y no se esfuerzan por preservarla, sino que se esfuerzan solo por destruirla con sus pecados sucios.

El 03.02.3009 -Trieste

¡La paz esté con ustedes!

Mis amados hijos, estoy aquí ante ustedes con mi gran amor maternal. He venido para ayudarlos, para consolarlos, para guiarlos por el camino que conduce a Jesús. Hijos, no pierdan el ánimo, no desesperen ante las pruebas, sino oren con mayor fervor y fe, y Dios les dará fuerza y su luz a todos ustedes.

Sigan sacrificándose y haciendo penitencia por los pecadores y por la paz del mundo. Los invito a hacer reparación por los muchos pecados cometidos contra Dios. No ofendan más a Dios con tantos pecados. Hagan todo lo posible para evitar los terribles pecados contra la vida.

Sean mis hijos de oración y fe que destruyan los males que el diablo arroja al mundo. Sean de Dios y Dios siempre estará con ustedes. Los amo y les agradezco su presencia. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora esta noche oró a Dios para que termine los crímenes contra la vida. Entendí cuánto ofende a Dios cuando muchos deciden sobre la vida o la muerte de alguien, como le sucedió a la joven Eluana, que fue prácticamente asesinada con la eutanasia, por su padre. Si muchos de los que han cometido estos pecados a lo largo del mundo no se arrepienten y enmiendan, sufrirán mucho en este mundo y pronto por la eternidad. Para muchos no habrá salvación, porque morirán con este grave pecado.

Mateo 26:52: "Pero Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, con espada perecerán."