viernes, 23 de junio de 2006

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

¡Mi paz sea con ustedes!

Mis pequeños, los amo. Mi Corazón está lleno de amor. Deseo compartir mis gracias celestiales con todos los hombres. Deseo la salvación de todos. Ayúdenme a salvar a los pecadores. No sean débiles en la fe, sino firmes en la oración y los sacrificios. Mucha gente está cegada por Satanás. Satanás está causando un gran daño a muchas almas, porque muchos de mis hijos se dejan seducir por él. Aquellos que seguían mi camino están volviendo de nuevo al camino que conduce al infierno. Ya los he advertido a través de mi Santa Madre sobre la existencia del infierno, y les hablo de nuevo en este mensaje. El infierno es terrible. Es vivir totalmente lejos de mí, su Dios, mis pequeños. Las almas condenadas al infierno sufren dolores atroces e incesantes causados por el fuego que las quema y las tortura. Muchos demonios hacen sufrir a estas almas por los pecados que cometieron mientras aún vivían en este mundo. Les digo, pequeños: aquellos que han escuchado los mensajes de mi Madre y los han despreciado, volviendo a su vida de pecado, no escuchando su voz más santa, burlándose de su presencia aquí, serán arrojados al fuego más ardiente y terrible en el infierno si no se arrepienten ahora en vida, porque les estoy dando una oportunidad única en la vida no concedida a tantos otros. Estas personas deben arrepentirse y volver al camino correcto, porque hieren profundamente mi Corazón, debido a su rebelión y desobediencia. Oren, oren, oren por la salvación de la humanidad, porque el día está cerca cuando Satanás y todos los demonios del infierno serán derrotados por el aliento de mis labios solo. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!