Mensajes de diversas orígenes
viernes, 7 de marzo de 2025
Llamados a confiar en Mí
Mensaje de Nuestro Señor y Dios Jesucristo a la Hermana Beghe en Bélgica el 18 de febrero de 2025

Mis queridos hijos,
Me sois muy queridos y, a pesar de ello, muchos de vosotros sufrís, os preocupáis mucho en vuestra vida cotidiana porque no estáis en la opulencia y, por tanto, Yo, que tanto os amo, parece que no os ayudo a superar los muchos escollos de la vida.
Cuando Yo estaba en la Tierra, tampoco tenía opulencia, no disponía de dinero para facilitar Mi vida cotidiana y os di el ejemplo de la normalidad. Un día, recogí de la boca de un pez (Mt 17,24-27) el impuesto del templo que Me habían cobrado indebidamente. Así ponía de manifiesto los muchos excesos que se exigen como contribución a los ciudadanos, al tiempo que me sometía a ellos para no ser objeto de escándalo.
Sí, hijos Míos, es mejor obedecer una orden injusta que desobedecerla, porque la obediencia es siempre un acto de humildad, mientras que la desobediencia es un acto de orgullo.
A menudo acudo en vuestra ayuda de forma providencial para resolver una dificultad o completar un proyecto de salvación. No estoy ausente de vuestras vidas, rezadme, tened confianza en Mí, a menudo os doy el pequeño impulso que necesitáis para cerrar positivamente un trato, debéis incluirme siempre en vuestros proyectos de vida; nunca seréis perdedores y si a veces no os escucho, es porque os reservo una parte mejor en Mi tiempo.
Al santo Cura de Ars le gustaba repetir: «Es la confianza lo que Dios pide». Sí, Mis queridos hijos, os pido vuestra confianza, vuestra gran confianza en la forma en que conduzco vuestras vidas, a pesar de las dificultades, a pesar de las hostilidades, a pesar de las muchas incógnitas que os hago navegar. Sin oración, fracasaréis en la vida que he planeado para vosotros, sin oración, navegaréis a ciegas y fracasaréis en los muchos escollos que el demonio ha multiplicado en vuestro camino.
Yo te guío y ya te he mostrado el camino. La vida en la tierra, este lugar de exilio desde el pecado original, es un camino de cruz y Yo he asumido la parte más dura de él. Sé que muchos de vosotros os enfrentáis a las dificultades de este camino, pero poned vuestros pasos en los Míos y estaréis a salvo de cualquier desvío. Amadme, rezadme, confiad en Mí, imitadme y entraréis con ardor en el Reino de los Cielos al final de vuestros días.
Este mensaje es una llamada especial a cada uno de los que lo leáis, una llamada a confiar en Mí, a no temer los días difíciles, a recurrir a Mí en todas las cosas y a no ceder a las ilusiones. Yo cuido de vosotros, lo sabéis, os he dado muchas pruebas de ello y cada una de ellas debe ayudaros a continuar en este camino de unión con vuestro Dios.
Sí, es a esta unión cada vez más estrecha con tu Dios a la que te conduzco, porque en el Cielo será total, íntima, entusiasta, y todas las pruebas bien vividas en la Tierra conducirán a ella. Te conduzco con destreza, y si a veces -o incluso a menudo- no comprendes el camino por el que te conduzco, que sepas que siempre es el mejor, el más corto, el que más vale la pena si lo recorres siguiéndome a Mí como Guía.
¿Por qué quiero hablarte de este modo? Porque las economías nacionales de Europa van mal y cualquier país al borde del colapso busca una o varias vías de escape. Sí, un país al borde del colapso -y los países europeos están amenazados por una deuda que no pueden controlar- buscará un seguro, pero si Estados Unidos se retira del juego, será el único responsable de lo que está fomentando. Así que sí, están muy preocupados, se están consultando entre ellos porque tendrán que ponerse de acuerdo sobre su política internacional. La deuda les hará volverse pusilánimes, cosa que ya son, y tomarán malas decisiones. Querrán parecer fuertes e independientes, pero son débiles y poco valientes. Las malas decisiones tomadas por malas personas pueden ser peligrosas, y también lo serán sus decisiones.
Y vosotros, hijos Míos, que estáis en vuestras barcas, volveos siempre hacia Mí, que soy vuestro único Salvador, vuestro único Guía, vuestro único Padre amado. Veo el futuro como veo el pasado y guío el tiempo presente de los que se vuelven a Mí. Confía en Mí, Yo soy el único peldaño, el único vuelo, el único destino. Piensa siempre en ello, no te preocupes por nada porque Conmigo estarás en paz, esa paz que no es del mundo y que el mundo no puede conocer.
Te bendigo y te amo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que así sea.
Vuestro Señor y vuestro Dios.
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