lunes, 14 de febrero de 2022

El Tiempo de la Misericordia ha llegado a su Fin

Mensaje de Nuestro Señor Jesús a Gisella Cardia en Trevignano Romano, Italia

A las 2 de la madrugada

Hijos míos, adorad a vuestro Dios con todo el amor que tengáis en el corazón. Arrodillaos ante el Rey de Reyes, hablad Conmigo; os había dicho de antemano que cuando oigáis hablar de eutanasia, de hijos contra padres, de asesinos sin escrúpulos y de vientos de guerra, significa que la hora está cerca, pero no temáis si permanecéis Conmigo. Rezad, pues esta humanidad ha traspasado Mi Corazón, y permaneced junto a Mí para que Yo os reconozca ante Mi Padre. Hijos, hermanos y hermanas, abrid vuestros corazones a la gracia, vuestros oídos a la escucha: haced lo esencial, sin pensar en la falsa luz de este mundo. Con orgullo y arrogancia se ha destruido el paraíso que os dejó Mi Padre. Perversa humanidad, sin siquiera un poco de amor por Mí... sin embargo, Yo asumí vuestros pecados, abrazando la muerte como cordero expiatorio. Se os perdonó todo. Vivís peor que Sodoma y Gomorra, ¿y ahora qué esperáis? El tiempo de la misericordia ha llegado a su fin y comenzará el tiempo de la justicia. Mis sacerdotes han mancillado y utilizado Mi Santísimo Nombre para hacer flotar herejías y blasfemias. Oh, ¡cuán grande será su dolor! Hijos míos, hacedme compañía un poco más y consoladme con vuestro amor y Yo os recompensaré generosamente. Os amo y os bendigo en el Nombre del Padre, en Mi Nombre y en el del Espíritu Santo.

A las 5 de la mañana

Amados míos, en esta noche tan oscura, las sombras han descendido sobre toda la tierra y vosotros, pequeños e indefensos, no podéis hacer nada ante todo esto, excepto rezar a Nuestro Padre para que calme todo esto. Los hombres de la Iglesia -los que deberían amar- están asesinando los corazones. Han dejado de lado al Hijo de Dios, abrazando todo lo que les resulta más cómodo. Pido a los sacerdotes que aún son solidarios conmigo en alma y espíritu que se preparen para aceptar todos los sufrimientos y todos los dolores que les sobrevendrán. Ayudad a estos hijos distraídos y perdidos: Yo estoy con vosotros para suplicar todo esto para que ningún alma sea apartada de Mi Padre. Hermana mía, esta noche ha ocurrido lo peor que mi corazón podía presenciar: ni siquiera los jefes de estado toman posiciones en Mi Nombre y por esta razón tu sufrimiento será grande. Con tus pequeñas oraciones y con la luz de tu alma, me has alentado; vuelve a Mí para que nada pueda dañarte. Hija, habrá mucho sufrimiento severo, pero aquellos que abren su corazón a Mi Padre no tienen nada que temer. Vosotros que sois los elegidos, continuad con la oración incesante para que Mi Corazón traspasado pueda tener algún refrigerio. Impondré Mis manos sobre aquellos que Me invoquen y los bendeciré junto con sus familias. Rezad con el corazón abierto junto a Mi Madre, que es tan misericordiosa y está tan llena de amor por vosotros. Ahora os bendigo en el nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Espíritu Santo.

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