Mensajes de diversas orígenes
lunes, 18 de octubre de 2021
Aparición del Niño Jesús bondadoso de Sievernich el lunes 18 de octubre de 2021.
Mensaje a Manuela en Sievernich, Alemania.

Veo tres bolas doradas de luz. Se ciernen sobre nosotros, irradiando una luz maravillosa. Venían flotando desde la dirección de la casa de Jerusalén. La gran esfera se abre y una luz maravillosa brilla hacia nosotros.
Ahora veo al gracioso Niño Jesús que sale de esta hermosa luz en forma de Praga con una gran corona dorada. Tiene el pelo corto rizado de color castaño oscuro y los ojos azules. Lleva la túnica y el manto de Su Preciosa Sangre y en Su pecho hay bordado un sol y las letras que lo componen son «Ih» y en el primer trazo de la «H» hay una cruz encima, una hermosa cruz, «Ihs». El Niño Jesús lleva en Su mano derecha un gran cetro de oro y en Su mano izquierda lleva el Libro de Oro.
Ahora se abren las otras dos bolas de luz. Veo un ángel vestido de blanco, y un ángel, que es el luchador, San Miguel Arcángel. Está vestido, sí, casi con una vestimenta romana, tan parecida a la que conocemos por muchas representaciones. Lleva una coraza de luz brillante, una falda ligera casi hasta la rodilla y sandalias atadas a lo alto de las piernas con correas. Ambos ángeles se arrodillan ante el Niño Jesús y extienden su manto sobre nosotros.
El Rey del Cielo habla:
«¡Rocíame!».
Después de que el sacerdote presente rocíe la apariencia del Niño Jesús con agua pascual altamente exorcizada, el Niño Jesús dice:
«Ahora me acerco».
Los ángeles siguen extendiendo el manto del Niño Jesús. Y oigo el canto de los ángeles:
Misericordias Domini in aeternum cantabo, .
misericordias Domini in aeternum cantabo,
misericordias Domini in aeternum cantabo,
misericordias Domini in aeternum cantabo.
M.: «¿He cantado algo mal? Perdona. No soy extranjero. Sí».
Habla el Señor:
"Tengo una petición especial. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Yo soy Jesucristo, el Hijo de Dios, el Hijo de David. El Hijo, ése soy Yo».
M.: «¿Me has dicho algo sobre un deseo, Señor?
El Salvador dice:
"¡Rezad por todas las naciones! Se acercan grandes pruebas. Rezad una decena de cada rosario en latín, para que todas las naciones puedan rezar con vosotros.
Mi palabra está siendo cambiada, y os he advertido de ello. Si traducís según vuestra comprensión actual, estaréis insultando al Padre Eterno.
Pido oración, sacrificio, arrepentimiento, reparación».
M. se tumba en el suelo en forma de cruz para hacer penitencia y reparación y todos los peregrinos rezan: «Oh Jesús, Hijo de David, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Oh Jesús, Hijo de David, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Oh Jesús, Hijo de David, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Oh Jesús, Hijo de David, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Oh Jesús, ..., Oh Jesús, ...,Oh Jesús, ...,Oh Jesús, ..., Oh Jesús, ..., Oh Jesús, ....»
El Señor nos pide misericordia un total de 11 veces.
El Jesús habla:
«Si no viniera a vosotros con Mi misericordia, muchas de Mis ovejas se perderían».
Ahora lleva Su cetro a Su corazón y éste se convierte en el aspergill de Su Preciosa Sangre. Somos rociados con la Preciosa Sangre: «En el nombre del Padre y del Hijo -que soy Yo- y del Espíritu Santo».
Y Su Preciosa Sangre fluye sobre todos nosotros.
Rezamos:
Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo entero.
Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo entero.
Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo entero.
El Señor habla confidencialmente a M.
M.: «¿Dijiste que el Arcángel Miguel tocaría la tierra con su espada? ¿Entonces toca la tierra con su espada?».
El Señor lo confirma con un «Sí».
Entonces el Rey del Cielo reza una oración.
M.: «¿Qué estás rezando? No la conozco».
Reza una oración que no conozco para librarse del mal en latín. El mal se aleja.
El Señor se despide con un «¡Adiós!».
M.: «¡Adiós, querido niño Jesús, adiós! Adieu, querido niño Jesús, ¡adieu! Adiós!»
El Señor dice: «En el nombre del Padre y del Hijo -que soy Yo- y del Espíritu Santo. Amén».
M.: Alabado sea Jesucristo por los siglos de los siglos. Amén.
Entonces el Señor vuelve a la luz. San Miguel Arcángel vuelve a la luz y también el ángel. Los orbes desaparecen.
M.: Gracias sean dadas al Señor Dios. ¡Deo Gratias!
Aparece la reacción de una mujer rezando. El Señor se ha cernido sobre ella. Sé por qué.
Rezamos:
Preciosísima Sangre de Jesucristo sálvanos a nosotros y al mundo entero.
Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo entero.
Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo entero.
Origen: ➥ www.maria-die-makellose.de
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