Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 26 de noviembre de 2017

Último domingo después de Pentecostés.

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V. a través de Su voluntarioso, obediente y humilde instrumento e hija Ana.

 

Hoy, 26 de noviembre de 2017, hemos celebrado una reverente Santa Misa Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V. El altar del sacrificio y también el altar de María estaban bañados por una resplandeciente luz dorada. Las numerosas flores con que estaban adornados los altares reflejaban el amor, la reverencia y la belleza del cielo. Eran altares de sacrificio. Si muchas personas vieran los altares en lo sobrenatural, podrían separarse de las ideas y deseos mundanos.

El Padre Celestial hablará hoy: Yo, el Padre Celestial, hablo hoy, este último domingo después de Pentecostés, a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, a vosotros, Mi amado pequeño rebaño y a vosotros, Mis amados peregrinos y creyentes.

A todos vosotros se os quiere decir que Yo soy el Poderoso, Omnipotente y Misericordioso Gran Dios en la Trinidad, que vendrá y se os aparecerá a todos vosotros. Os enseñaré la omnipotencia. La omnipotencia es mucho mayor de lo que puedas soñar. Lo supera todo en la belleza sobrenatural, en la belleza del cielo.

Desgraciadamente, Mis amados, debo daros esta información hoy porque Mi intervención está a punto de comenzar. Soy muy reacio a transmitiros esta información, pues muchos sacerdotes aún no se han vuelto. Viven en el mundo y según los deseos del mundo. No miran a mi omnipotencia, sino a su propia vida, según les plazca, así es como les gustaría disponerla. Pero el plan del Cielo es diferente. Sin sufrimiento, amados Míos, no hay conversión. Por desgracia, tengo que derramar mi ira sobre muchas personas que se rebelan contra mi voluntad.

No consideran necesario amarme, adorarme y venerarme a Mí, el Dios Trino. Me desprecian.

He enviado a muchos videntes a la Tierra para que se den cuenta de que Yo soy el Dios Poderoso y Trino. Estos videntes sólo pueden proclamar la verdad, y esta verdad es rechazada por la mayoría de la gente hoy en día. Si un vidente confiesa y da testimonio de la verdad, se le quita su honor y se le despoja de todos sus cargos. Se le desprecia e incluso se le persigue.

Mis videntes están de mi parte. Me anuncian completamente. Sacrifican sus propias vidas. En su alma sólo existe la verdad y difundir esta verdad por todo el mundo. Lo asumen todo sobre sí mismos. Sufren muchas enfermedades, muchas dificultades. Y sufren estas tribulaciones por el bien del Cielo. Aceptan el desprecio por el bien de la verdad.

Mis amados, ¿aún no reconocéis Mi verdad? Vivir mi verdad es dulce porque entonces os dais cuenta de que el gran Dios amoroso vive en vuestros corazones y os gobierna completamente. Él os conduce y os guía hacia la verdad y el amor. El amor es esencial para vosotros.

Si no vivís este amor, el verdadero amor, estáis desequilibrados. No puedes servirme a Mí, el Dios Trino. Debes aprender a renunciar a todo, a todo lo que te es querido, incluida la familia, cuando te aleja de la verdadera fe. Debes separarte de tus familiares cuando se trata de la verdad.

Si no puedes vivir la verdad, debes separarte de tus parientes más cercanos, incluso de tus hijos. A menudo los hijos no viven en la verdad. Entonces será duro para ti tener que separarte. Pero esto te lo exijo, aunque suponga un gran sufrimiento.

El amor a tu Dios Trino debe ser lo primero. Debéis adorarme, alabarme y ensalzarme en la Trinidad, aunque también deje que os sobrevenga un gran sufrimiento. Este sufrimiento sirve entonces para tu propia salvación. A menudo no podéis comprenderlo. Cuando os sobrevengan grandes sufrimientos y enfermedades, debéis daros cuenta de que es un permiso del Dios Trino.

Mucho sufrimiento vendrá sobre toda la humanidad, porque mi intervención está cerca. ¿Qué aspecto tiene entonces en muchas almas? Deben arrepentirse, incluso las autoridades. Los obispos deben darse cuenta de que deben arrepentirse antes de que se produzca Mi intervención. Deben arrepentirse de sus fechorías de todo corazón y no pueden invocar la expiación de los videntes. A éstos, Mis videntes, Mis elegidos, los he llamado para que muchos sepan: Yo soy la verdad y la vida. Quien se alinee conmigo se salvará. Vive el amor verdadero y vive según la verdad. Puede dar su propia vida por sus amigos. Practica el amor al enemigo. Esto es lo más difícil para vosotros, Mis amados.

Cuando os digo: amad a vuestros enemigos, amad a los que os odian y os hacen el mal. Rezad por ellos y no los despreciéis. Recordad que también quiero salvarlos de la condenación eterna. Y eso es lo más difícil para vosotros. Si os odian y os arrebatan vuestro honor, debéis pensar en la vida eterna de esos enemigos y rezar por ellos.

Sí, amados Míos, ésa es la verdad. Cuento con vosotros porque sois Mis amigos. Una vez se os permitirá contemplar mi gloria en mis moradas eternas. Os he elegido y vosotros difundiréis y daréis testimonio de esta verdad por todo el mundo. Esto será duro para vosotros. Pero mi amor reina en vuestros corazones. Este amor lo hace amplio para la verdad. Debéis vivir en la constancia, no sólo una vez, sino siempre debéis testificar y amarme.

Os bendigo ahora con todos los ángeles y santos, en la Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El amor de Dios es eterno y vosotros edificaréis sobre este amor. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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