Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

lunes, 13 de noviembre de 2017

Mística Rosa y Día de Fátima, la Reina Rosa de Heroldsbach habla después de la Santa Misa del Sacrificio Tridentino a través de su instrumento e hija Ana, dispuesta, obediente y humilde.

 

Hoy, 13 de noviembre de 2017, hemos celebrado con toda reverencia una Santa Misa de Sacrificio en el Rito Tridentino según Pío V. Hoy el altar de María estaba completamente bañado de luz dorada. Las flores estaban iluminadas por la luz dorada Los ángeles entraban y salían y se agrupaban alrededor del altar de María. Hoy nos hemos unido a los Muldanos de Heroldsbach. La Reina de las Rosas de Heroldsbach ha reunido a muchos peregrinos de cerca y de lejos.

La Reina de las Rosas de Heroldsbach hablará hoy: Yo, vuestra queridísima Madre y Reina de las Rosas de Heroldsbach, hablo hoy a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está enteramente en Mi Voluntad y repite sólo las palabras que vienen de Mí.

Amado pequeño rebaño, amados seguidores y amados peregrinos, especialmente amados peregrinos de Heroldsbach y amados creyentes de cerca y de lejos. Yo, vuestra amadísima Madre y Reina de las Rosas de Heroldsbach, os he acompañado. Vosotros sois los míos y lucháis, lucháis por el bien. También lucháis contra vuestros enemigos. No habéis dejado de librar esta batalla. Por ello os doy las gracias.

Este último tiempo es el más difícil para vosotros, porque Satanás está extendiendo sus garras. En todas partes experimentarás que te enfrentas al mal.

Tú también, Mi amado hijo sacerdotal, has tenido que experimentarlo hoy, porque Mi amada pequeña Catalina está atrapada, aprisionada, como en una jaula. Y sin embargo Yo, tu queridísima madre, la liberaré sola. Sed pacientes y perseverad, amados Míos. El Padre celestial está a vuestro lado, pues lucháis contra vuestros enemigos, sí, incluso contra su propia parentela. Esto es amargo, Mis amados. Si los propios hijos ya no están al lado de su madre y los llevan a un hogar, a un psiquiátrico, entonces la madre sufre agonía por los pecados de los hijos.

Tú, Mi pequeña Ana, hoy volverás a llorar hasta quedarte dormida, porque has sufrido mucho en este último tiempo. Incluso hoy has tenido que experimentar la persecución, incluso de sus propios hijos.

Da gracias al Padre Celestial por ello, porque toda persecución vale oro. Habéis luchado por Mi Hijo Jesucristo, el Hijo de Dios, que hoy ha sido crucificado de nuevo. Ganaréis esta batalla Conmigo, la Madre Celestial.

También mañana tendréis que experimentar muchas cosas. No se me permitirá darte la información de mañana. El Padre Celestial lo ha prohibido hasta ahora. Pero recuerda, mi pequeña amada, que luchas por el bien. Luchas con tu Madre Celestial. Aunque a menudo la cruz se te haga demasiado pesada, como hoy, podrás compartir las alegrías del cielo con tu pequeño grupo.

Tu querida Madre nunca te ha dejado sola. Entonces, cuando se cumpla el plan celestial del Padre, triunfaréis y estaréis agradecidos por haber asumido esta persecución.

Tú, hijita mía, también sabes que los enemigos de la cruz también han de salvarse. Y eso es lo más difícil para vosotros. Por eso tendréis que expiar esta noche, como hicisteis la noche anterior. Da gracias por todo, pues un día alcanzarás la corona del cielo.

No tengas miedo de que tus estados de ansiedad comiencen de nuevo. Debes seguir luchando por el bien y no rendirte. Entonces alcanzaréis la victoria con vuestra Madre Celestial.

Mi querido grupito, quiero daros las gracias hoy por confiar en Mí, la Madre Celestial, y por darme vuestra mano para luchar. Os amo y os bendigo ahora con todos los ángeles y santos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy eres especialmente amado. Ganarás la batalla. No te rindas nunca, aunque te parezca imposible.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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