Jesús murió por ti

Mi Palabra:
¡Armadura Poderosa para la Demolición de las Fortalezas!

Hijos míos, Mi Palabra es una poderosa armadura para la caída de las fortalezas; te la doy para que tu Armadura sea completa y con ella puedas repeler todos los ataques de mi adversario. Recuerda que los ataques más fuertes serán en tu mente, sentidos, poderes, memoria. Es en la mente donde recibirás los ataques con más frecuencia. Mi adversario te conoce, y sabe de tus debilidades: si tiene control sobre tu mente, le será más fácil controlar tu cuerpo. Por eso, hoy te doy Mi Palabra, que es la Espada del Espíritu, para que la pongas en práctica y la utilices cada vez que recibas ataques mentales. Y así, tu Armadura está completa, para que la uses cada mañana y cada noche, y la enseñes a los demás; recuerda extenderla a tus familiares. Os la recuerdo para que podáis defenderos en estos tiempos de batalla espiritual.

Armadura espiritual

Mis pequeños, quiero anunciaros que estaré con vosotros poco tiempo, después de mi Aviso me apartaré para el cumplimiento de todo lo que está escrito; no estéis tristes, alegraos, me voy para prepararos moradas en la Nueva Jerusalén Celestial. Os dejo a Mi Madre, a Mi Padre adoptivo José, a Mi amado Miguel y a las legiones de Arcángeles y Ángeles, que junto con vosotros, mi ejército militante, derrotarán a Mi adversario y a sus huestes del mal.

Rebaño mío, ¡utilizad el poder de Mi Sangre y de Mis Llagas, para que podáis ser protegidos de los ataques de los espíritus malignos!

Mi Rebaño, la humanidad separada de Mí, está cayendo en la desesperación y en la intolerancia. Los actos violentos están llegando al extremo debido a la falta de Dios en los corazones de muchas personas. Sé muy cuidadoso y muy prudente al hablar y al actuar, porque de ello dependerá tu tranquilidad. Sellaros a vosotros mismos y a vuestros hijos, familia, personas y lugares donde vais a permanecer durante el día antes de salir de vuestras casas, porque los espíritus de la intolerancia, la violencia y la agresividad andan sueltos, haciendo correr la sangre y trayendo muchas desgracias.

Sin llevar puesta vuestra Armadura Espiritual, no salgáis a la calle, pues corréis el riesgo de ser atacados por el espíritu de intolerancia que habita en los cuerpos de los que viven sin Dios y sin Ley.Recordad que el pecado y el mal van en aumento y forman parte de la vida de una gran mayoría de la humanidad. Si quieres vivir en Paz, no entres en las discusiones estériles, ni levantes la voz, ni impongas tu forma de pensar, para que no rompas la armonía, porque la intolerancia anda suelta y por su culpa se están produciendo muchas desgracias y muertes innecesarias. Recuerda, es mejor perder una discusión, que perder un amigo o la vida; aléjate de las personas violentas, porque sólo buscan hacer correr la sangre. Respeta la opinión de los demás y los derechos de los demás, para que podáis convivir en paz y no olvides que los ineptos y los ignorantes también tienen su propia verdad.

El poder de Mi Sangre y de Mis Llagas, unidas al Rosario de Mi Madre os protegerán, si utilizáis esta Armadura con fe; aplicadlas a los espíritus malignos encarnados y a las fuerzas espirituales que vagan por el aire, para que seáis capaces de salir victoriosos en las batallas cotidianas. Sólo con tu Armadura Espiritual puesta por la mañana y por la noche, con el Poder de Mi Sangre y de Mis Llagas y el Rosario de Mi Madre, podrás vencer a las fuerzas del mal. Así pues, tened presentes estas instrucciones, rebaño Mío, para que podáis repeler los ataques y los engaños de los espíritus malignos.

El santísimo Rosario

Consagración a la Sangre Gloriosa de Jesús

Consagración a la Preciosa Sangre de Jesucristo

¡Ejército Mariano Militante, Tu Estandarte Será Mi Rosario y la Cruz de Mi Hijo, Impreso en una Tela Blanca y Roja con la Imagen de Nuestros Dos Corazones!

Mi ejército mariano la paz de Dios esté con todos vosotros y mi protección maternal os ayude siempre. Mis valientes y fieles hijitos, engrasad vuestra armadura con la oración y reforzad vuestras defensas con la fe, el amor y la confianza en Dios, pues la batalla final por vuestra libertad está a punto de comenzar. Os necesito listos y preparados para que os unáis a mí y a las huestes celestiales, y juntos derrotemos a mi adversario y a sus ejércitos del mal de la faz de la tierra.

Yo, vuestro capitán, os convoco a prepararos física, psicológica y espiritualmente para la batalla espiritual que os dará la libertad. La señal de la cruz de mi Hijo en los cielos declarará la proximidad de todos los acontecimientos descritos en la Santa Palabra de Dios y en los mensajes que hemos enviado a la humanidad a través de nuestros mensajeros durante estos últimos tiempos.

Ejército Mariano Militante, vuestro estandarte será mi Rosario y la cruz de mi Hijo, impresos en tela roja y blanca con la imagen de nuestros dos corazones. Ésta es la bandera que debéis imprimir y llevar con vosotros a la batalla. Mi adversario huirá si lo llevas con fe, levanta mi estandarte como hizo nuestro siervo Moisés con el bastón que dio la victoria al pueblo de Israel. Yo, vuestro capitán, os haré compañía con Miguel y las huestes celestiales para guiaros hacia la victoria. ¡Adelante mis guerreros recordad que el éxito pertenece a nuestros dos corazones!

Os anuncio hijos míos, que el tiempo de la Justicia Divina está a punto de desencadenarse, la cruz de mi Hijo pronto aparecerá en el cielo y toda carne la verá, muchas gracias recibirán los que la honren, es la cruz del Gólgota que os fortalecerá en espíritu y os preparará para el Aviso. Hijos, durante siete días y siete noches la cruz gloriosa de mi Hijo permanecerá en el cielo, os pido que ofrezcáis todas vuestras miserias y pecados, al igual que a vuestros familiares más alejados de Dios, para que puedan convertirse durante el despertar de las conciencias y así unirse al rebaño del gran Pastor.

Hijos, el tiempo del milagro será muy corto, pero suficiente para la evangelización en toda la tierra. Todos mis hijos fieles ayudarán a despertar por fin a las almas tibias para que no se pierdan y puedan definirse de una vez por todas. El milagro será el tiempo de la gran cosecha, se separará el trigo de la paja y las ovejas de las cabras, así estará listo el rebaño de mi Hijo.

Por tanto, hijitos, permaneced despiertos, no os durmáis, no sea que la noche os encuentre desprevenidos: recordad que el tiempo ya no es tiempo y en cualquier momento de este tiempo todo se desatará. Que mi bendición y protección estén con vosotros rebaño de mi hijo. Vuestra Madre, María Rosa Mística os ama. El Santuario de Aguacatala.

No temáis Pueblo de Dios, porque en vuestro paso por la eternidad, seréis sellados con la Sangre del Cordero en vuestra frente y se os dará carisma y dones que podáis necesitar para la gran batalla espiritual.

Gloria a Dios en el Cielo y paz en la Tierra a los hombres de Buena Voluntad.

¿Quién es como Dios? ¡Nadie como Dios!

Semilla de mi Padre, se acerca el día en que tu alma atravesará la eternidad, allí, se te mostrará el estado espiritual en el que te encuentras y en Amor y Servicio, serás juzgado. Dependiendo de lo que hayas amado y servido, será también el lugar al que serás llevado en la eternidad. Se emitirá un juicio sobre ti como le ocurre a toda alma cuando llega a la eternidad y, según tus obras, será tu juicio: Cielo, Purgatorio o Infierno.

El Altísimo te mostrará el estado de tu alma y te darás cuenta de cómo la has manchado y ensuciado con tu pecado. Sentiréis pena por haber ofendido a Dios a través de vuestros hermanos; os veréis a vosotros mismos con toda vuestra miseria y sentiréis repugnancia de vosotros mismos por todo el pecado y el mal que habéis cometido en este mundo. Mi Padre os dará la Gracia del Arrepentimiento, si se lo pedís; no todos se arrepentirán, porque no todos están escritos en el Libro de la Vida. A los demás pecadores y almas tibias, se les dará la oportunidad de convertirse durante el tiempo del Milagro. Una vez finalizado este tiempo, sólo quedarán en la Tierra los Hijos de Dios y los hijos de las Tinieblas.

No temáis Pueblo de Dios, porque en vuestro paso por la eternidad, seréis sellados con la Sangre del Cordero en la frente y se os dará carisma y dones que podáis necesitar para la gran batalla espiritual. Caminarás en este mundo por el desierto de la tribulación, pero la Gracia y el Espíritu de Dios estarán contigo. Las tribulaciones os purificarán y fortalecerán, si con fe y amor ofrecéis a Dios las contrariedades de cada día. No temáis hermanos, el Aviso será un Pentecostés para el Pueblo de Dios; al volver ya no sentiréis miedo ni temeréis, como los primeros discípulos de Jesús, vosotros también anunciaréis en este mundo que el Reino de Dios está cerca.

Seréis el Ejército Militante que, junto con los Ejércitos Celestiales, marchará victorioso. Nuestra Señora y Reina María y Vuestra Madre nos acompañarán y todos unidos al unísono, diremos: "¿Quién como Dios? Nadie como Dios!" Ese será nuestro grito de guerra que nos dará la victoria sobre las fuerzas del mal.

Quiero, Ejército Militante, que hagáis una réplica de mi Estandarte que llevaréis en cada batalla espiritual, junto con el Mariano.

Mi Estandarte debe llevar una imagen que me represente, pisando la cabeza del dragón sobre vuestro mundo y en lugar de la espada, una lanza, mi Armadura en color dorado con fondo azul claro y blanco como el cielo; encima en letras rojas, representando la Sangre del Cordero, debe decir: BANDERA DE COMBATE DEL EJÉRCITO MILITANTE: ARCÁNGEL MICHAEL.

En el centro en letras rojas: ¿QUIÉN ES COMO DIOS? ¡NADIE ES COMO DIOS!

La Bandera de Batalla Mariana y la mía a menor escala, junto con el Rosario, deben llevarse al cuello, debidamente bendecidas o exorcizadas. Esta Armadura será un Escudo Protector que te librará de los ataques y de los dardos incendiarios del maligno y de sus huestes del mal.

Que la Paz del Altísimo permanezca en vosotros, Pueblo de Dios. Vuestro Hermano y Siervo, Miguel Arcángel.

Hijitos, la hecatombe financiera se aproxima, las élites que gobiernan este mundo desestabilizarán la economía mundial, para hacer caer el papel moneda y comenzar así la era del Microchip, ¡la marca de la bestia!

Pequeños, la humanidad no sabe lo que está a punto de llegar, los hombres continúan en su vida cotidiana y en sus preocupaciones mundanas, preocupados sólo por las cosas de este mundo. La tribulación se acerca y muchos no estarán preparados para afrontarla. Todo está a punto de cambiar en la Creación; la paz y la tranquilidad están a punto de perderse, para dar paso al caos, la aflicción, la escasez, el hambre, la inquietud, la inseguridad, el miedo y todos los demás temores humanos.

El bienestar y la falsa seguridad que dan el dinero y las cosas materiales están a punto de rodar por el suelo; la inmensa mayoría de la humanidad que sigue dando la espalda a Dios, va a desestabilizarse y a quedar desprotegida cuando sus dioses empiecen a caer. La tribulación que se avecina nunca se ha visto antes en la Tierra, y causará la peor pesadilla a esta humanidad ingrata y pecadora. Pobres almas, ponen su fe, su confianza y su esperanza, no en Dios, sino en los bienes materiales de este mundo, ¡y la tribulación llegará y sólo les dejará ruina material y espiritual! La vanidad de los hombres rodará por el suelo, cuando se vean privados de lo que les daba seguridad. Quedarán como muertos en vida y se darán cuenta de que al perder su poder y su dinero sólo les quedará la debilidad y la fragilidad, que es la esencia de la condición humana cuando no se tiene a Dios por delante.

Rebaño de mi Hijo, se acercan los días de angustia, pero no temáis, recordad que el Cielo no os abandonará, si vuestra fe y confianza son firmes en Dios. Se acercan pequeños, los días de escasez en los que tenéis que compartirlo todo con vuestros hermanos, para que unidos en la fe y en el amor, podáis hacer frente a esos días de aflicción que se acercan. Sólo si permanecéis unidos, podréis pasar los días de prueba.

Hijitos, la hecatombe financiera se acerca, las élites que gobiernan este mundo desestabilizarán la economía mundial, para hacer caer el papel moneda y así comenzar la era del Microchip, la marca de la bestia. Recordad hijos míos que sin el microchip, no podréis utilizar vuestros bienes materiales, porque muy pronto todo en este mundo se moverá con la marca de la bestia.

Pueblo de Dios, tened cuidado, si dejáis que os implanten el Microchip, recordad que esta es la marca de la bestia que hemos anunciado desde hace mucho tiempo; ¡Es preferible morir y perderlo todo a ser marcado! Lo material pasa y Dios os recompensará mañana, pero la Vida del Espíritu, ésta se pierde para siempre si dejáis que os pongan la marca.

Hijos míos, todos aquellos que se dejen implantar el Microchip, disfrutarán de sus bienes materiales mientras dure el último reinado de mi adversario (1290 días). Después sabrán que les espera la muerte eterna en las profundidades del abismo, donde estarán con su amo por toda la eternidad. Todos aquellos que no estén escritos en el Libro de la Vida, correrán para implantarles el Microchip; entonces sabréis, rebaño de mi Hijo, que ésas no son las ovejas del Redil del Buen Pastor. Entonces os anuncio hijos míos, que ya está todo listo para comenzar la implantación de la marca de la bestia, el Microchip, en todo el mundo.

Sólo hace falta que caiga la economía, lo cual ya está planeado por las élites, para que desaparezca el papel moneda y todo empiece en este mundo a manejarse con puntos. El Microchip lo manejará y controlará todo y los que no lo tengan implantado serán considerados desertores; serán perseguidos, torturados, encarcelados y despojados de todas sus propiedades. Os espera una dura prueba, hijitos, pero no temáis, el Cielo os protegerá, alimentará y cuidará, si sois firmes y fieles a Dios. Serán tres años y medio que pasarán como un sueño, si vuestra fe y confianza son firmes en mi Señor. La perseverancia unida al amor de Dios y al amor de tus hermanos será la fuerza que te llevará a salvo hasta las puertas de la Nueva Creación, donde esperarás la Corona de la Vida.

Que la Paz de mi Señor permanezca en vosotros, mis hijos más amados. Vuestra Madre os ama, María la Rosa Mística.

Origen: www.mensajesdelbuenpastorenoc.org

Lee Efesios 6:10-18+.

Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis hacer frente a las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos por la cintura el cinturón de la Verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el equipo del Evangelio de la paz; además de todo esto, tomad el escudo de la fe, con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del Maligno. Tomad también el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Orad en todo tiempo en el Espíritu, con toda oración y súplica. Para ello manteneos alerta con toda perseverancia, suplicando por todos los santos.

Lee 1 Tesalonicenses 5:8,23+.

Pero, puesto que pertenecemos al día, seamos sobrios y revistámonos de la coraza de la fe y del amor, y como yelmo la esperanza de la salvación. Que el mismo Dios de paz os santifique por completo, y que vuestro espíritu, alma y cuerpo se conserven sanos e irreprensibles en la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Lee 2 Timoteo 4:3-5+.

Porque se acerca el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza, sino que, teniendo comezón de oír, acumularán para sí maestros que se acomoden a sus propios gustos, y se apartarán de la escucha de la verdad y se desviarán hacia los mitos. En cuanto a vosotros, estad siempre firmes, soportad el sufrimiento, haced la obra de un evangelista, cumplid vuestro ministerio.

Lee Efesios 4:22-24+.

Despojaos del hombre viejo, que pertenece a vuestra antigua forma de vida y está corrompido por los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del hombre nuevo, creado según la semejanza de Dios en la verdadera justicia y santidad.