miércoles, 31 de octubre de 2012

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Su amada hija María de la Luz

Mis Amados: La resurrección de Mi Palabra está llegando en un momento, y la limpieza viene en otro. Así como cada día sale el sol, así Yo vengo a toda la humanidad. Vengo a reclamar Mi Reino; lo que es Mío volverá a Mí.

Es verdad que encomendé a criaturas humanas la administración de la creación. Es verdad que exigiré cuentas a cada administrador individualmente por lo que les he requerido.

Mi venida no será silenciosa, al contrario: Toda existencia sabrá que el Rey del Cielo y Tierra desciende en poder y majestad, con Mi séquito de creyentes que hacen temblar toda la creación.

Amados, no es buen administrador quien limita la expansión de sus poderes, ni él que se distancia de Mi Palabra para no enfrentar cambios. Abundan los lejanos a Mí, pero no vendrán a Mí antes de reconocer su distancia y sentir un ardiente deseo de estar cerca de Mí y vivir este momento con toda vuestra conciencia. La humanidad luce sombría; la falta de conciencia del hombre empobrece su corazón, constriñe su alma e incrusta sus pensamientos.

Mis queridos hijos: Estáis en este momento donde el poder de la conciencia de cada persona alcanza elevación espiritual o su estancamiento espiritual al verse forzados a elegir entre el bien y el mal.

Doy gracia a los Míos, y envío Sus guardianes que les guían, pero no lo permitirán quienes se retraen espiritualmente y forman parte del mal. En la oscuridad pueden reconocer un rayo de luz si así lo desean para escapar de ella. Al contrario, no encontrarán ninguna oscuridad en la Luz, solo más Luz que os complacerá como verdadera unión con Mi Casa.

Estos anuncios Míos son impulsos para luchadores y perseverantes, discordia para quienes viven en tinieblas, y confusión para aquellos que creen poseer Mi última palabra.

De Mi corazón nació esta revelación en este momento y permanece en continua presencia ante Mí. Yo Soy vuestro Dios. El mismo de ayer, hoy y siempre, Quien predica la verdad y es Amor solo.

Queridos hijos, ésta es Mi Palabra revelada a través de Mis profetas y guías de humanidad. Esta revelación ha fusionado en Mi Casa y se comprometió con Mi pueblo—Mi pueblo que sigue Mis mandamientos y acepta Mis preceptos y resuena en sintonía con Mi melodía. Mi palabra es la misma de ayer, hoy y siempre.

Tengo hijos que vacilan; un momento son de fiel creencia, otro no, dependiendo de lo que les ofrece el mundo. Mi misericordia es siempre la misma para todos, Mi justicia es la misma para todos aquellos que la merecen.

Mis queridos hijos: Ni la naturaleza ni el sol, ni los animales serán iguales entonces, y el hombre no será igual a ayer. Toda la creación ni siquiera se reconocerá a sí misma. En ese momento debéis uniros y decidir lo que verdaderamente queréis para vosotros mismos… La paja se separará del trigo. Quien es fiel a Mí deja atrás todo lo innecesario para seguirme; quien no desea llevar su propia cruz y sacrificarse, o ofrecerse a Mí, permanece atrapado en falsos caminos.

Mis queridos hijos: Orad por Taiwán. Orad por Japón. Orad por los Estados Unidos. Mantened la unidad, sed Mi muy propia unidad para que nada ni nadie pueda separaros de Mí. Tendréis que soportar grandes desastres naturales implacablemente.

Mi amor es poderoso para aquellos que Me mantienen omnipresente en sus vidas a través de su fe. Una luz surge del universo la cual sacudirá a las personas sin creencia. Estad donde estáis. Mis mensajeros estarán a vuestro lado.

Que Mi paz esté con vosotros. Vuestro Jesús.

Ave María, de la Inmaculada Concepción sin pecado.

Ave María, de la Inmaculada Concepción sin pecado.

Ave María, de la Inmaculada Concepción sin pecado.