domingo, 28 de octubre de 2012

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Su amada hija María de la Luz, dado en Lima, Perú

Hijos queridos: La historia de la humanidad está llena de momentos como los del presente tiempo. Lecciones han sido escritas no solo para recordarlas sino para analizar y aprender de estas situaciones, corrigiendo el camino si es necesario para que no se sufran las mismas penas otra vez.

¡Veo a tantos incrédulos burlándose de Mi Palabra! Son personas ciegas que quieren guiar a otras personas ciegas. Mi luz brilla en todas partes, solo para aquellos que pueden verla; el corazón debe abrirse porque no es la palabra sola lo que causa daño sino lo que viene del corazón humano.

Hijos queridos Míos, se dice que los que luchan por Mi causa son perseguidos, odiados, insultados y despreciados—esta es una buena señal de que están en el camino correcto. Mi amor es tan infinito como vasta e interminable puede ser la falta de respeto a Mi misericordia por parte de la humanidad.

No escuchan a Mi profeta porque no todas las personas siguen Mi palabra, entregada a través de la creación humana, con corazón y espíritu dispuestos. Ciegos son los que no quieren ver; sordos son los que no quieren oír—olvidando que Yo soy quien mueve todo. Pobres son aquellos que se aferran a negar Mi Palabra, ¡la expresión de Mi voluntad! Son madera seca que no vuelve a reverdecer por su propia voluntad.

Hijos queridos Míos, deben vivir en unidad con Mi Voluntad, en unión con todos Mis principios, porque los que no actúan así no encontrarán la felicidad. Han acelerado los acontecimientos. No pasen de largo y olviden que Los espero; siempre recuerden que estoy esperando por ustedes.

Hijos queridos: Oren por Estados Unidos. Oren por Inglaterra. Oren por las Antillas.

Mi amor permanece abierto a todos los que se acercan a Mí con un corazón contrito y una voluntad firme de cambiar. Los espero en lo profundo de su ser, y en su revelación. Les bendigo. Su Jesús.

Ave María, Madre de la Inmaculada Concepción sin pecado.

Ave María, Madre de la Inmaculada Concepción sin pecado.

Ave María, Madre de la Inmaculada Concepción sin pecado.