martes, 22 de julio de 2014

¡Nadie tiene que vivir sin esta alegría y este amor!

- Mensaje nº 627 -

Hija mía. Mi querida hija. Di hoy a Nuestros hijos lo siguiente: Que vivan su amor y expresen su alegría.

Hijos míos. Camináis por vuestro mundo con rostros como de piedra: ¡secos, sin expresión y sin ningún signo de alegría y/o amor en vosotros!

Hijos míos. ¡Vivid el amor del Señor y expresadlo en vuestros rostros! ¡Dejad que vuestros corazones bailen con alegría y amor y que «esa danza» se refleje en vuestros ojos! ¡Id los unos hacia los otros en vez de ser «solitarios» (demasiado y/o preocupados sólo por vosotros mismos)!

Hijos míos. ¡El amor del Señor arde en vosotros! ¡Mostradlo! ¡Vividlo! ¡Y sed hijos alegres del Señor! ¡Mostrad en vuestros rostros, en vuestros ojos, que lleváis el amor de Jesús y del Padre dentro de vosotros y que inunda todo vuestro ser!

Hijos míos. Vivid la alegría que el Padre ha puesto en vuestro corazón, así como el amor que siempre podréis colmar de Él y de Su Hijo, si alguna vez os encontráis «tristes y desolados».

Nadie tiene que vivir sin esta alegría y este amor, sino que tienes que estar completamente con Él, confiar en Él, vivir con Él y entregarte completamente a Él. Entonces la alegría y el amor estarán siempre en vuestros rostros y ojos, y seréis ejemplos «brillantes» para los demás.

Cada uno se regocija en el rostro amable y amoroso del otro, así que obsequiad a vuestros hermanos con el resplandor que Dios ha puesto en vosotros, y no permitáis que los rasgos pétreos, hipotérmicos y apagados encuentren lugar en vuestros rostros.

Quien vive con Jesús vive el amor, y esto es lo primero que debe verse en vuestros rostros. Creed y confiad y rezad, hijos míos, porque nada bueno forja el diablo, y vuestro mundo parece cada vez más sombrío.

Rezad y pedid, porque el Padre escucha vuestras oraciones . Cada oración llega hasta Él y aleja mucho mal de vosotros, de vuestra alma. Rezad especialmente en las horas de la noche, porque entonces el demonio está más activo . Creed y confiad, hijos Míos. Porque sólo vuestra oración puede detener contra todas las maquinaciones oscuras.

Hijos Míos. Yo, vuestra Santa Madre del Cielo, estoy siempre con vosotros cuando Me llamáis. Os guío y os protejo, pero debéis pedírmelo. Os concederé toda petición siempre que esté de acuerdo con el Señor.

Así que rezad ahora , hijos Míos, y también especialmente en los momentos en que os llamamos y en los que despertamos a muchos de vosotros por la noche. Gracias, hijos Míos. Con profundo amor, vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.