viernes, 30 de mayo de 2014

Mensaje de la Santísima Virgen María a su querida hija Maria de Luz

Hijos amados de Mi Inmaculado Corazón: Reciban Mi bendición. Los amo a todos por igual. Respondo al llamado de aquellos que suplican Mi ayuda, y también vengo a los que no Me llaman, porque Yo soy la Madre de toda la humanidad.

¡Hijitos! ¡Mis Hijos!: No se separaren de la Voluntad de Mi Hijo, mantengan la unidad; el enemigo de las almas se acerca a la humanidad como un gran guerrero para derribar a todos los aún indecisos, sean ejemplo de unidad.

La Iglesia de Mi Hijo: Su cuerpo místico debe ser preservado en unidad. Imploro por unidad porque el enemigo de las almas conoce bien las debilidades humanas y especialmente las de cada persona, pero Yo conozco a cada uno de Mis hijos; también los llamo a amarse unos a otros, uniéndose en el Corazón de Mi Hijo y en Mi Inmaculado Corazón.

Donde hay unidad, también hay fortaleza espiritual. Los tibios fluirán de la Boca del Padre, pero Yo estoy aquí implorando por aquellos que aún buscan otros caminos, buscando algo que no encontrarán.

Aquí Estoy delante de ustedes, en medio y con ustedes. Soy la Madre del Amor e intercedo por todos. No quiero ver a Mis hijos desanimados por el cansancio espiritual; por lo tanto, los he llamado a ser activos y no solo predicar mediante testimonio sino dar a conocer a sus hermanos y hermanas los acontecimientos de este tiempo y observar las señales de estos tiempos. Cada uno debe trabajar y actuar de diferentes maneras para que sus hermanos no permanezcan ciegos ante la malicia de Satanás.

Mi Hijo sufrió y resucitó para redimirlos; Satanás nunca será más fuerte que Él. Aplastaré su cabeza una vez más, y sus tentáculos caerán con él, pero antes de esto suceda, antes del triunfo final, ustedes, Mis hijos, serán probados y sufrirán de maneras que ni siquiera pueden imaginar. Mi Hijo y Yo los hemos advertido: permanezcan juntos en la casa de Dios para recibir la fuerza y ​​la perspicacia necesarias. Han recibido y están recibiendo protección y ayuda de sus hermanos y compañeros, su fideicomisario; no se olviden de ellos. Llamen al Arcángel Miguel, llamen a sus ángeles guardianes.

Miren hacia arriba en lugar de abajo cuando caminen. No olviden que la bendición viene desde lo alto. Sean sabios porque el mal no solo acecha mediante la división—los ataca para hacerles sentir abrumados y así atarlos e impedir su desarrollo espiritual.

Mis Hijos, Pueblo de Mi Hijo: No pueden permanecer en silencio en este momento. Levántense y actúen; todos ustedes tienen la posibilidad de actuar a favor de sus hermanos y hermanas. No permitan que Mi Hijo venga y los encuentre con las manos vacías.

Sean detonantes e instigadores del despertar de sus hermanos y hermanas. El despertar no muere dentro de ninguno de Mis hijos, permanece ensordecido debido al ruido y la prisa de la insaciable avalancha de cosas mundanas y pecado.

Hijos amados, Hijos de Mi Inmaculado Corazón: Mantengan su espíritu en armonía con la Voluntad de Mi Hijo, siempre elevando el alma para caminar mano a mano con Mi Hijo, y no se pierdan buscando lo que solo encontrarán si su espíritu es obediente y permanece en la verdad.

¡Tanta hipocresía ante la humanidad! El hombre, distraído, no la distingue debido a los malos hábitos: bebe, simplemente toma todo lo que encuentra, y siempre mira hacia abajo, lo cual le impide expandir su conocimiento y permanecer vigilante.

Sean la acción y no permitan que les prohíban adentrarse en la raíz de los acontecimientos de este momento. No se conformen con superficialidad; profundicen más en lo que ofrecen las grandes potencias para que no caigan en manos de Satanás por ignorancia.

Tantos intereses ante sus ojos, ¡y sin embargo no los ven! Debido a la falta de interés, observan el movimiento de las olas y no se han atrevido a entrar al mar. Este momento es crucial; los intereses que luego servirán al Anticristo están por delante y continúan trayendo muerte a aquellos que no reaccionan debido a la banalidad porque ésta los mantiene ciegos, sordos y mudos.

¡Despierten Mis hijos! No esperen hasta que los volcanes entren en erupción con furia, hasta que la tierra tiemble, hasta que las aguas del océano invadan la tierra, hasta que el viento destruya pueblos; no esperen mientras duermen, porque el tiempo ya no es tiempo y este momento ya no es un momento.

La vida es el regalo con el cual el Padre adornó la creación, la vida es el gran regalo del Padre, y se rechaza no solo por las manos del enemigo sino también por ustedes mismos si se niegan a sí mismos la redención.

Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón, no andéis errantes; caminad con plena conciencia de que cada paso que dais os acerca o a Mi Hijo o al mal.

Os invito a rezar por Chile porque Mi tierra amada está sacudida. Os invito a rezar por Inglaterra porque un gran evento la hará temblar. Os invito a permanecer vigilantes; la plaga avanza y una fiebre implacable viene sobre la humanidad que no le presta atención.

Mis queridos: Sed portavoces de Mi llamado para que los ignorantes tengan la oportunidad de saber que su Madre está aquí presente, que vivo en aquellos que suplican por Mi intercesión pero también permanezco con quienes no Me aman. Si profundizáis en estos llamados por amor a Mi Hijo, no os calléis como aquellos que lo hacen por curiosidad o para atacarlos.

Hijos Míos, sed la voz de llamado en este mundo entregado a la imprudencia. No ignoréis que el mal existe. Quien lo niega solo quiere que caigáis y ya no os levantéis.

Hijos Míos, no temáis; conocéis la necesidad de purificación para la humanidad. El mal se ha superado a sí mismo porque el hombre insistió obstinadamente en olvidar a Mi Hijo y Mis palabras. Sed parte de Mi amor y Mi voluntad, y repetid Mis llamados. Os bendigo a todos para que el amor, la fuerza y la fe sean vuestros compañeros en este camino. Os amo. Madre María.

Ave Maria, la Inmaculada Concepción sin pecado.

Dios te salve, de la Inmaculada Concepción sin pecado.

Dios te salve, de la Inmaculada Concepción sin pecado.