martes, 8 de octubre de 2019

Martes, 8 De Octubre De 2019

Martes, 8 de octubre de 2019

Jesús dijo «Pueblo mío, en el relato de Jonás le pedí que fuera a Nínive a decir al pueblo que se arrepintiera, o destruiría la ciudad en cuarenta días. Jonás se negó al principio y trató de huir en un barco, pero envié una tempestad y fue elegido por sorteo para ser arrojado al mar. Un gran pez se lo tragó, y permaneció tres días y tres noches en el pez, igual que yo en la tumba. Finalmente, hice que el pez arrojara a Jonás a la orilla. Ahora bien, Jonás vio por fin su misión, y entró en Nínive proclamando su destrucción en cuarenta días, si no se arrepentían. El pueblo escuchó de verdad y abandonó sus malos caminos, se vistió de cilicio y se arrepintió de sus pecados. Gracias a su cambio, no destruí la ciudad. Es una historia similar a la de Estados Unidos, donde he pedido a tu pueblo que se arrepienta y cambie sus malas costumbres. Después del 11-S-01 y de que los aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas, la gente volvió a la iglesia, pero al cabo de un mes, volvieron a sus malos caminos y dejaron de venir a la iglesia. No dije que habría destrucción en cuarenta días, pero América se enfrentará a un ataque y a desastres naturales. Advertiré a Mis fieles que acudan a Mis refugios antes de dicho ataque, y entonces destruiré a la gente malvada mientras protejo a Mis fieles en Mis refugios. Estad preparados para partir hacia Mis refugios cuando os lo diga».

Jesús dijo: «Pueblo mío, cuando rezáis el Vía Crucis, veis cuánto sufrí al llevar Mi cruz al Calvario. En la visión visteis cómo la parte inferior de Mi cruz se arrastraba por el suelo, cuando Simón y Yo la llevamos al Calvario. Ésta es una señal de que quiero que Mis fieles recojan su propia cruz en la vida, y la lleven a su juicio al final de su vida en la tierra. Algunas cruces son más pesadas que otras, pero tu propia cruz se ajusta a tu misión. Yo no pruebo a las personas más allá de lo que pueden soportar. Cada persona tiene la responsabilidad de llevar a cabo la misión que te he encomendado. Si se te ha dado mucho, entonces se esperará mucho de ti. Invócame para que te dé las gracias necesarias para cumplir tu misión. Hijo mío, has sido probado recientemente con una enfermedad bronquial, pero estás ofreciendo tu sufrimiento por las almas del purgatorio y los pobres pecadores. Por fin estás recibiendo la medicina necesaria para curarte. Da gracias por estar en el camino de la recuperación, aunque hayas tardado más de lo normal en recibir la medicina. Estos problemas son sólo una parte de tu cruz».