Mensajes a Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EEUU

 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Domingo 29 De Noviembre De 2020

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

 

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "La profundidad del Amor Santo en tu corazón determina la profundidad de toda virtud. También determina la profundidad de tu entrega a Mi Voluntad. En tu aceptación de todos los aspectos de tu vida en el momento presente está tu entrega. El Amor Santo es el fundamento de tu santidad personal. En primer lugar, debes entregarte a un amor cada vez más profundo hacia Mí y hacia tu prójimo. Sobre este amor, construyes tu «casa» de virtudes. El armazón de esta «casa» de santidad es la entrega a Mi Divina Voluntad».

"Tormentas de tentaciones, dudas y distracciones azotan esta "casa" de la santidad personal, pero cuanto más fuerte es el compromiso con la santidad, mayor es la resistencia a estos desafíos exteriores. De vez en cuando, el alma puede mirar por una de las «ventanas» de esta «casa» para ver dónde ha estado y adónde está decidida a ir. Esto da impulso al alma para seguir haciendo su «casa» de santidad más fuerte e impermeable a las fuerzas exteriores. Otros que ven la «casa» de santidad pueden admirarla desde lejos o pueden ver dónde hay que mejorar. En tales casos, deben ayudar al dueño de esta «casa» de santidad a mejorar adhiriéndose más estrechamente a Mi Divina Voluntad. Yo observo muy de cerca la construcción de cada «casa» de santidad personal. Yo soy el Maestro Arquitecto».

Lee Efesios 4:11-16+.

Y sus dones fueron que unos fuesen apóstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros pastores y maestros, a fin de equipar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a la virilidad madura, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, zarandeados de acá para allá y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por su maña en engañosas artimañas. Antes bien, hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los sentidos en aquel que es la cabeza, en Cristo, de quien todo el cuerpo, unido y entretejido por todas las coyunturas que lo componen, cuando cada miembro funciona debidamente, crece corporalmente y se edifica en el amor.

Origen: ➥ HolyLove.org

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