viernes, 10 de abril de 2020

Llamamiento del Arcángel San Gabriel al Pueblo de Dios, Mensaje a Enoc.

Hermanos, soy Gabriel, Arcángel de la Anunciación a María y fiel Mensajero del Altísimo; ¡vengo de mi Padre para traerles Buenas Noticias!

La Paz del Altísimo esté con todos ustedes, Pueblo de Dios.

Hermanos, soy Gabriel, Arcángel de la Anunciación a María y fiel Mensajero del Altísimo; vengo de mi Padre para traerles Buenas Noticias. Hoy quiero decirles que vuelvan su mirada al Altísimo porque grandes pruebas están por venir sobre la humanidad. El Cielo está muy triste viendo tantas almas perdidas y sabiendo que nada se puede hacer por ellas, ya que durante la vida en este mundo le dan la espalda a Dios.

Yo, Gabriel, soy uno de los muchos Arcángeles que permanecen en adoración y alabanza, cerca del Trono de Dios; Soy Guardián de todos los Tabernáculos donde Jesús, defensor de la Palabra de Dios y Protector de la Iglesia, se encuentra en el Sacramento. También estoy entre ustedes por la Gracia de mi Padre en compañía de mis hermanos Miguel, Rafael y los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial. Nos ha sido encomendada la misión de acompañar al Pueblo de Dios en su camino a través del desierto de purificación.

Invoquenme diciendo: Bendito Arcángel Gabriel, Luminaria del Trono de Dios, y fiel Mensajero del Altísimo; cúbrannos con tus Alas e ilumina nuestros caminos; enséñennos a conocer las buenas nuevas de Dios y protéjanos de todo mal y peligro. Vengan en nuestra ayuda, les rogamos.

San Gabriel: Luminaria de Dios, ilumina nuestros caminos.

San Gabriel, Mensajero de Dios, haznos conocer las buenas nuevas del Altísimo.

San Gabriel, Fortaleza de Dios, protégenos y amparan en la lucha espiritual de cada día.

Hermanos, vengan a Mí cuando necesiten que sus súplicas y peticiones sean escuchadas más rápidamente; recuerden que mi Padre nunca ignora las plegarias que hago a favor de mis devotos; así que ténganme presente, amados de mi Padre, porque estoy con ustedes para asistirlos y protegerlos del enemigo de su alma. No olviden la oración del Ángelus a nuestra Querida Reina y Señora, ya que este saludo a la Madre de Dios tiene un gran poder protector.

Orenla con fe, porque también es una poderosa Armadura para vencer las fuerzas del mal. Ningún hijo de Dios y María debe descuidar la oración del Ángelus porque grandes Gracias y Bendiciones son recibidas por aquellos que la rezan. La protección de Nuestra Señora y Reina, para los devotos de la oración del Ángelus, es muy poderosa. Yo, Gabriel, en compañía de Miríadas de Ángeles, estoy presente junto a Nuestra Señora cuando dan este hermoso saludo a su Madre Celestial. Haganlo por la mañana, tarde y noche, para que no pierdan la protección de Nuestra Señora ni se queden sin nuestra ayuda. ¿Quieren salvar sus almas? ¡Devótense a la oración del Ángelus! Permanezcan en la Paz del Altísimo, amados de mi Padre.

Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios y Paz a los hombres de buena voluntad.

Su Hermano y Siervo, Gabriel, Arcángel

Hermanos, hagan conocer mis mensajes a toda la humanidad