lunes, 13 de septiembre de 2010

Llamada Urgente de Dios Padre a la Humanidad.

Soy Quien Soy, ¡el Alfa y la Omega!

Hijos de buena voluntad, que la paz de Dios esté con ustedes.

Soy quien soy. El Alfa y la Omega. La gran mayoría de la humanidad ya no cree en mi existencia; piensan que soy un mito, una leyenda, o peor, un fantasma. ¡Oh, cuánto se equivocan aquellos que así piensan! Les digo: Soy el Dios de todos los tiempos, Señor del Cielo y de la Tierra; Creador de todo lo visible e invisible; Rey de Reyes y Señor de Señores. Único y solo Dios verdadero. Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente. El mismo ayer, hoy y para siempre. Soy una realidad entre ustedes. Veo todo, escucho todo, y juzgo todo, bajo las directrices de mi Suprema Sabiduría.

Les digo, mortales, hijos de Adán, que están muy equivocados quienes niegan mi existencia. ¿Piensan que Dios no existe y que no les hará ni mal ni bien? Muy pronto en mi Advertencia me manifestaré a los hombres; entonces sabrán que soy Dios. El Dios de la Misericordia, el Buen Pastor, que se quedó con ustedes en el silencio de cada Tabernáculo, está a punto de partir; ustedes, hijos de Adán, no quisieron escucharlo.

Entonces conocerán al Justo Juez, que viene a restaurar el orden y la razón. Les hago una llamada urgente a ustedes que dudan de mi Existencia y Divinidad, ¡regresen a Dios o perecerán! Les recuerdo mis palabras: Todos los pecados serán perdonados a los hombres, excepto el pecado de la blasfemia contra mi Santo Espíritu y mi Divinidad!

Divinidad; este no será perdonado ni en el cielo, ni en la tierra.

Si continúan pensando de esta manera, sus almas se perderán; júntense y arrepientanse, insensatos, porque la venida de su Dios y Salvador está a mano. Soy el Dios de la Misericordia, pero también soy el Dios de la Justicia, que no les permitirá seguir destruyendo mi creación y quebrantando mis preceptos. Soy más Padre que Juez; pero ustedes han dado la espalda al Dios de la Misericordia; conozcan entonces mi justicia que es recta e inexorable; que da a cada uno según sus obras. Ya el hacha está a la raíz del árbol, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado, cortado y arrojado al fuego. Y habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces gritarán, Señor, Señor, ven y sálvanos; y yo les diré, no os conozco, hacedores del mal: id al fuego eterno. Id al fuego eterno: apartaos de mí.

Anuncio a ustedes, habitantes de la tierra, que mis días están a punto de comenzar. Regocíjense ustedes que escuchan mi voz y ponen en práctica mis preceptos, porque muy pronto verán a su Dios y Señor en todo su esplendor.

Hombres de buena voluntad, pueblo de Dios; hagan conocer este mensaje a todas las naciones.

Soy su Padre Creador. Señor de todos los tiempos.