Estoy aquí, soy Jesús de Getsemaní. Sufrí mucho en el Huerto de los Olivos. Allí comenzó la Pasión Redentora. La Sangre goteó y Lechitiel Me consoló.
Consuélame, ruégame así:
Oh Jesús de Getsemaní, deseo consolarte y secar Tu sudor de Sangre Inocente.
Déjame consolarte en Tu Divino Sufrimiento por la Humanidad perdida, gobernada por Lucifer.
Oh Buen Maestro, que sufriste dolores atroces en Getsemaní, sálvame del pecado y de la condenación eterna.
Envíame a Lechitiel para que me ayude, me sostenga y me libre.
Te adoro, oh Señor agonizante, para redimir al mundo entero.
Amén.
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