domingo, 19 de junio de 2022

Fiesta del Corpus Christi, Capilla de la Adoración

¡Hola mi queridísimo Señor Jesús presente en el Santísimo Sacramento! Me llena de alegría estar aquí contigo, Señor. ¡Feliz fiesta, Jesús mi Rey! Gracias por la Santa Misa y la Comunión, Dulce Jesús. Creo que el mundo se sostiene gracias a la Misa y a la santa recepción de la Eucaristía. Señor, me atrevo a decir esto porque no lo sé con ninguna autoridad. Es sólo lo que pienso y fue evidente cuando no pudimos asistir y participar en la Misa durante los recientes «encierros» que el mal floreció en el mundo. Cuando reflexiono sobre los últimos 10-15 años, me asombra la cantidad de mal que se nos ha impuesto. Es casi chocante. Nos has preparado para estos tiempos, pero aun así parece como si estuviera en medio de una violenta tormenta que se arremolina y arremete a mi alrededor. Puedo mirar a través de los escombros, el viento y la lluvia y ver que el sol brilla y que la gente camina como si fuera completamente inconsciente de la tormenta que se avecina por las calles de sus pueblos y ciudades. Es como si estuvieran ciegos y, sin embargo, parecen seguir con sus vidas sin saber que un tornado o un huracán están a punto de azotar. Señor, mientras tanto, varios de los tuyos (Hijos de la Luz) ven cómo arrecia la tormenta. Llaman a los que están fuera de la tormenta e intentan advertirles, pero nadie les oye. Ni siquiera parecen saber que la gente intenta advertirles. Señor, esto es inquietante y, sin embargo, es lo que creo que está ocurriendo en la realidad. Realmente hay una tormenta que arrecia y se dirige en nuestra dirección, pero muchos no se dan cuenta. Señor, ¿qué podemos hacer para ayudar a los demás a prepararse espiritualmente? No creo que yo mismo esté muy bien preparado, pero al menos mi familia y yo estamos trabajando para ello. Señor, Tú lo has hecho todo y has puesto todos los medios a disposición de tu pueblo y, sin embargo, muchos lo ignoran. Las Escrituras tienen muchas parábolas e historias a lo largo de toda la historia de Tu pueblo para darnos una visión y prepararnos. Has enviado y sigues enviando a Tu Santísima Madre María para advertirnos y amonestarnos. Nos has dado Tu Iglesia y los Sacramentos, las Escrituras, la profecía e innumerables dones y bendiciones. Toda la creación gime por Tu venida, Señor. Sin embargo, hay tanta gente que ignora por completo el estado del pecado y del mal en el mundo. Señor, por favor, ayúdanos. Sálvanos de este mal, Señor, que quiere devorar a Tus hijos pequeños. Señor, ¿está otro como Hitler y Stalin empeñado en destruir el cristianismo, la Iglesia católica? Por supuesto, conozco la respuesta y ha habido muchos a lo largo de la historia empeñados en hacerlo, pero Tú eres el Señor Dios Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Esta es Tu Iglesia Señor. Sálvanos, Salvador del Mundo. Nos prometiste que las puertas del infierno no prevalecerían contra Tu Iglesia y lo creo con todo mi ser. Sé que es verdad, porque Tú lo dijiste, Señor y Tú eres la esencia de la verdad. Jesús, protégenos del maligno que merodea por el Mundo buscando la ruina de las almas. Haz algo, Señor para que no se pierdan más almas. Innumerables almas están muriendo antes de conocerte. Te ruego que les des pleno conocimiento de Ti antes de que mueran y te pido que también les des gracias para la conversión y el arrepentimiento. Jesús, por favor, lleva a las almas al Purgatorio y no al lugar del fuego y la miseria eternos. Da a las almas gracias para elegir el Bien, el Dios Altísimo. Imploro la Sangre de Jesús sobre las almas que no Te conocen y no Te aman. Imploro la Sangre de Jesús sobre las almas que una vez Te conocieron y después se apartaron. Imploro la Sangre de Jesús sobre aquellos que han sido descarriados por otros más poderosos que ellos. Señor, gracias por todo lo que nos has dado en esta tierra de exilio. Estoy agradecido por todas y cada una de las bendiciones, Jesús. Todo lo bueno viene de Ti y las cosas que no parecen buenas, pasan por Tus manos amorosas junto con las gracias para soportar estas pruebas. Todo, según Tu santa y perfecta Voluntad, es para el bien de nuestras almas, incluidas las cruces difíciles. Alabado sea Tu Santo Nombre. Alabado seas en el Santísimo Sacramento. Gracias por Tu amor, Tu misericordia, Tu guía y por la enseñanza que dejaste a los Apóstoles. Gracias por la Escritura, el sacrificio de la Misa y por todo lo que haces por Tu pueblo. Te amo, Señor Dios. Ayúdame a amarte cada vez más. Feliz Día del Padre, Padre Dios. ¡Te quiero!

«Gracias por tus oraciones, hija Mía y por derramar tu corazón ante Mí. Esperaba tu llegada hoy y me alegro de que tú y Mi hijo (nombre oculto) estéis aquí. Hija Mía, te llenaste de alegría cuando notaste que la capilla estaba vacía a tu llegada. La idea de estar aquí Conmigo 'a solas' hizo que tu corazón saltara de alegría».

Sí, Señor, así fue, pero luego me di cuenta de que era egoísta por mi parte, sobre todo sabiendo que es la fiesta del Corpus Christi. La capilla (y las capillas de todo el mundo) debería estar a rebosar de gente visitándote. Siento haberme centrado en tenerte para nosotros solos y no en el hecho de que Tú estabas solo. En cuanto pensé en ello, me di cuenta de que deberíamos haber venido corriendo directamente, Jesús, en lugar de tomarnos nuestro tiempo para llegar hasta aquí hoy.

«Te comprendo, corderito mío. Es natural que a uno le emocione estar con un amigo querido y tener toda su atención. Recuerda que siempre tienes toda Mi atención, no importa cuántos estén aquí. Cada uno de los visitantes tiene toda Mi atención. Soy Dios y puedo hacerlo, hija Mía. Ahora tienes toda Mi atención, aunque otros estén rezando y hablando conmigo. Ellos también la tienen».

Gracias, Jesús. Por supuesto, esto es verdad y me hace sentir tonta por mi reacción.

«Mi (nombre oculto), esto no es una tontería. Yo te quiero y tú Me quieres. Es natural y bueno que los amigos se complazcan sabiendo que están juntos y que tienen tiempo individual. Te señalo esto y también te informo a ti y a los demás que lean estas palabras de que cada vez que uno visita el Santísimo Sacramento, aunque haya una multitud, Yo estoy presente para cada uno como si tuviéramos un encuentro privado.»

Gracias, Señor. ¡Es un don asombroso! Señor, bendice a mi marido y a todos los padres en este Día del Padre. Dales valor, fe, esperanza, amor y todos los dones del Espíritu Santo. Nuestra ayuda es en nombre del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra.

«Hija mía, hijo mío, San Pío escuchó vuestras oraciones y me las ha traído a través de Mi Santísima Madre. Su consejo para ti fue sabio y correcto. Permanece muy cerca de Mí, tan cerca como si caminaras a Mi lado para que Yo pudiera rodearte con Mi brazo. Mantén esta imagen en tu mente y corre a Mi lado tan a menudo como te sea posible, físicamente y permanece siempre cerca de Mí espiritualmente. Esta es una imagen mental para ti. Recuerda la visión de nosotros caminando juntos por la playa a la orilla del agua».

Sí, mi Señor. Creo que esta imagen quedará grabada para siempre en mi mente y en mi corazón.

«Esto es lo que quiero, lo que deseo de cada uno de Mis hijos. Deseo una relación estrecha con Mis hijos, Mis amigos. Los que Me rechazan Me causan el mayor sufrimiento. La separación de quien amo aflige a Mi Sagrado Corazón. Invito a cada persona creada a una amistad amorosa e íntima Conmigo. Éste es el fin último de la vida, que Mi hijo conozca y ame a Dios. Dios ya conoce y ama a Sus hijos y vuestras vidas deben transcurrir aprendiendo y viviendo en este amor. Cuando uno elige rechazar a Dios se separa no sólo de Mí, sino de todo el Cielo y del Cuerpo de Cristo, Mi Iglesia. Es una ruptura con la familia de Dios y esto causa dolor a la Santísima Trinidad, pues no quiero perder ni un alma. Todas las almas han sido creadas para la vida, el amor y el Cielo, el Reino de Dios. Hija mía, acércate mucho a Mí y permanece cerca de Mí para que tu amistad apacigüe Mi Sagrado Corazón. Entrega esto a Mi Santísima Madre María y pídele que Ella se ocupe de esta petición. Ella hace bien todas las cosas, hija mía.

Sí, mi Adorable Jesús. Ella hace todas las cosas con excelencia y pureza. Gracias por Tu Madre, Señor. Gracias por habernos dado una Madre tan hermosa y amorosa. Perdóname por las veces que soy desagradecida, Señor. Todo lo que has hecho por nosotros, por el mundo, fue pensando en nuestras almas. Viniste al mundo para salvarnos. Sufriste una pasión y una muerte impensablemente crueles, por nuestra salvación. Nos diste a Tu Madre desde la cruz mientras sufrías un dolor indecible. Cada pensamiento es por amor y preocupación por nuestras almas, por Tu Padre mientras le pides por nuestro bien. Oh, Señor, Tú eres todo bondad y mereces todo nuestro amor. Enséñanos a amar a Jesús, Madre Bendita con el amor que Tú tienes por Tu Hijo.

«Ovejita mía, ésta es una buena oración. Mi Madre te enseñará en su escuela de amor y santidad. Ella te proporcionará las gracias necesarias. Abre tu corazón a Mí y a Mi Espíritu Santo, el amante de tu alma. No temas los acontecimientos que se avecinan y los que ya tienes a la vista. Confía en Mí, hija Mía. Yo ya me he ocupado de todo. Os inspiraré a ti y a Mi hijo (nombre oculto) sobre lo que hay que hacer a continuación. Prepara todo lo que puedas ahora, hija Mía. Pronto no será posible. No te preocupes ni te llenes de ansiedad. Trabaja a un ritmo que puedas llevar. Pide a los ángeles que te ayuden. Invoca al intercesor de los Santos que te han sido revelados y que tenían carismas especiales en la tierra que tú tendrás. Mi (nombre oculto) y Mi (nombre oculto), os cansáis por cosas que no son importantes. Centraos en lo que sabéis que es necesario. Centraos también en vuestra familia. Hay varias almas muy necesitadas de tu amor, que están lejos de Mí. Hijo mío, éstas necesitan tu amor paternal, tu compasión y tu fuerza de carácter. Aprenden más de ti observándote y estando cerca de ti. No te alejes de ellos porque no compartan tu fe, sino acércalos cada vez más por esa misma razón. Ámalos, hijo mío. Sé abuelo y padre espiritual para ellos. Un día, como resultado, compartirán tu fe. Hazte amigo de ellos como un padre bueno y santo. Yo te ayudaré. El mundo carece de padres santos. Serás padre espiritual de muchos y (nombre oculto) será madre espiritual. Empieza ahora con tu propia familia, pues pronto tendrán que estar en el «arca». Reza por ellos. Haz que se celebren misas por ellos, especialmente por los no bautizados de tu familia. Todo irá bien. Comienza cada día rezando como te he pedido. Eres el líder espiritual de tu familia. Es una gran responsabilidad y cuento contigo, Mi fiel amigo».

«Mi (nombre oculto), Mi (nombre oculto), te quiero y estoy contigo. Rezad juntos por la fuerza, la protección y la misericordia necesarias en estos días y en los días venideros.»

«Os bendigo en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Id en paz, en amor y en la misericordia de Dios. Comparte este amor de Dios con los demás. Todo irá bien. Empecemos de nuevo».

¡Gracias y alabado seas, Señor! Jesús, quería decirte que (Nombre oculto) te envía sus saludos. (Nombre oculto) está muy agradecida por la bendición de los amigos y Te da las gracias. Sé que no necesitas que te lo diga, pues Tú ya lo sabes, pero ella me lo pidió. También (nombre oculto) pidió Tu dirección. Señor, ella tiene muchas penas y pruebas. Acércate a ella y tranquilízala con paz y espíritu de gratitud, Jesús. Tiene muchas preocupaciones (válidas) y necesita Tu ayuda e intervención. Gracias, mi Señor y mi Dios. Te amo.

«Tomo estas intenciones y acepto cada una en las cámaras de Mi corazón, que late por amor a Mis hijos. Lo que se necesita es confianza y más amor a Dios. Buscad primero el Reino, hijos Míos y todas estas cosas y muchas más os daré. Confiad, hijos Míos. No temáis. El miedo no viene de Mí (ni de nadie en el Cielo). Por tanto, no temáis, sino confiad. Pedidme más confianza, más paz, más gracias de misericordia y os las daré sin medida. Te amo, hija Mía. Vete ahora en Mi paz».

Amén. ¡Aleluya! Alabado sea Dios, Padre Todopoderoso y Creador del Cielo y de la Tierra. Gracias, Señor.