domingo, 30 de agosto de 2020
Capilla de la Adoración

Hola, Jesús mío siempre presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Creo en Ti, Te adoro, Te alabo y Te amo mi Señor, Dios y Rey. Gracias por la Santa Misa de esta mañana y por la Sagrada Comunión. Estoy muy agradecido Jesús de poder recibirte en la Eucaristía. Señor, por favor bendice la visita y la reunión de la próxima semana. Dales Tu gracia para conocer y hacer Tu Voluntad. Jesús, también te pido Tu guía para el equipo que planificará el próximo retiro. Gracias por las muchas bendiciones y gracias que proporcionaste para la conferencia de este fin de semana pasado. Fue maravillosa, pero sé que no sin tanto trabajo por parte del equipo. Gracias por Tu divina intervención y guía. Que muchas almas se conviertan como resultado. Señor, rezo por todos los que no conocen el amor de Dios para que se conviertan y lleguen a amarte y seguirte, especialmente (nombres no revelados). Rezo por la paz en nuestro país y en el mundo, por la paz en nuestros corazones y por el fin de toda violencia, especialmente la que se comete contra todos los niños, incluidos los prematuros. Gracias, querido Señor, por todas las iglesias que vuelven a ofrecer la Adoración. Te necesitamos en la Eucaristía, Señor. También estoy muy agradecida por tantos amigos hermosos y santos. Gracias, Señor mío. Bendice nuestros grupos de oración, Jesús. Que se nos permita reunirnos para orar. ¡Es una gran gracia!
«Gracias por tus oraciones, hijita Mía. Estoy agradecido a Mis hijos que han decidido rezar el Santísimo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia. Son oraciones eficaces. Hija Mía, este tiempo es lo que ha sido predicho. Vendrán más y más persecuciones para la Iglesia. Prepárate como te he instruido, sobre todo prepárate espiritualmente. Hazlo recibiendo los Sacramentos, rezando y leyendo la Sagrada Escritura. Muchos sabéis que debéis tener medallas y objetos bendecidos en vuestras casas, así como una imagen bendecida de la Sagrada Familia. Esto es más importante (prepararse espiritualmente) que prepararse físicamente. Os amo y os daré refugio en Mi Sagrado Corazón y en el Corazón Inmaculado de Mi Madre. Por tanto, no tengáis miedo. Yo guiaré a Mis hijos. Rezad por los que no creen, para que acepten Mi misericordia y Mi amor».
«Hijos míos, se acerca rápidamente la hora en que debéis elegir el bien o el mal. No esperéis, porque ahora será más fácil convertirse cuando Mis santos hijos sacerdotes tengan tiempo de pasar con vosotros para instruiros y daros los Sacramentos. Llegará un momento en que seréis uno más entre las multitudes que se convierten y os sentiréis solos y desesperados por bautizaros y confesar vuestros pecados. Os exhorto a aceptar Mi Voluntad para vuestras vidas, que es para vuestro bien, porque Yo soy todo amor y misericordia. No temáis. Venid a Mí, hijos Míos y os abrazaré porque sois Mis hijos amados. Os estoy esperando para daros el perdón que anheláis y el amor que necesitáis. No dudéis más, Mis pequeños. Volveos a Mí ahora. Confiad en Mí. Pedid a Mi Santísima Madre María que os guíe. Ella os dará Su amor maternal, su sabiduría y os traerá a Mí. Ella os ayudará a encontrar el camino hacia Mí, vuestro Jesús. Venid, hijos Míos que vivís en las tinieblas. Venid a la Luz. Yo soy la Luz. Devolveré la vida a tu corazón y empezarás a conocer el propósito de tu vida. No temáis a Aquel que os ama. No hay nada que temer, sólo empieza a confiar y pronto verás que Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.»
«Hija mía, continúa preparándote. Consigue los alimentos y el agua necesarios para los que vendrán a ti. Tienes razón al pedir Mi guía en todo. Mi corderito. Yo te dirijo. Tu necesidad de una fuente de calor alternativa y la adición también deben ser objeto de atención para ti y tu marido, (nombre oculto). Estos elementos os serán muy útiles y asegurarán a todos los que vengan a vuestra casa las necesidades básicas. Terminad estas tareas lo antes posible, pues el margen de tiempo se está estrechando muy deprisa. El mal se ha extendido rápidamente y es más rápido hacia el final de la era, pues el maligno sabe que su tiempo se acerca a su fin. Terminad de organizaros, hijos míos, y entonces podréis dedicar aún más tiempo de vuestros días a la oración. Hija mía, no te inquietes por nada. Yo te guiaré. Todo irá bien. Te bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Ve en paz. Sed misericordia, sed amor, sed luz, sed alegría. Pronto, todo llegará a buen término».
Gracias, Jesús. Amén.