Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 11 de mayo de 2014

Tercer domingo después de Pascua, Día de la Madre.

El Padre Celestial y la querida Madre de Dios hablan después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina en la Capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz a través de vuestra herramienta e hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy hemos celebrado el Día de la Madre. Durante el Rosario y la Santa Misa Sacrificial, todo el altar de María, con el hermoso ramo de flores, estaba bañado por una resplandeciente luz roja, dorada y plateada. La Virgen levantó el ramo de flores y dio las gracias, especialmente a su hija Teresa y a Kinga.

Ahora primero habla el Padre Celestial: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está completamente en Mi Voluntad y repite sólo palabras que vienen de Mí.

Mi amado pequeño rebaño, Mis amados seguidores, Mis amados peregrinos de cerca y de lejos, Mis amados creyentes que tienen la voluntad de arrepentirse, os exhorto a salir de estas iglesias modernistas, porque le daré a Mi Madre Celestial la comisión de aparecer con Mi Hijo Jesucristo. Primero, Mi Madre Celestial os dirigirá unas palabras.

Nuestra Señora dice: Yo, la Madre Celestial, vuestra Madre, la Madre de Dios, la Portadora de Dios, hablo en este momento a través de Mi voluntaria, obediente y humilde instrumento Ana.

Amados hijos, amados hijos de María, amada Teresa, amada hija Kinga, qué feliz me hacen vuestras felicitaciones en el Día de Mi Madre. Yo no soy María, no, Yo soy la Madre de Dios, la Madre Celestial, que os protege y que os ama y que quiere conducir a todos al Padre Celestial a través de vuestra oración, a través de vuestra expiación y a través de vuestros sacrificios. Os amo indeciblemente como Madre Celestial.

Mis amados hijos, me ha alegrado inmensamente que me hayáis felicitado esta mañana delante de Mi gran estatua de María en vuestro jardín de invierno con una hermosa canción mariana.

Mis amados hijos, Mi amado pequeño rebaño, Mis amados seguidores, cuántas madres matan hoy a sus hijos en el vientre materno. Eso me entristece. Me hace llorar, incluso lágrimas de sangre. Pero también hay muchos hijos que honran a su madre y le llevan ramos de flores. Pero hay tantos y más niños que desprecian a sus madres porque están en la verdadera fe. Han tenido que dejar marchar a sus hijos porque son hijos de Dios. Yo se los he dado y deben devolvérmelos una vez que hayan crecido. Y eso habéis hecho, Mi pequeño rebaño.

Vuestros hijos se han convertido en vuestros enemigos. Y hay otras tantas madres que desprecian a sus hijos, que ya no los quieren, que les estorban. Pero Yo, como su Madre Celestial, quiero estar a su lado, para que lleguen al verdadero conocimiento, lleguen a la verdad en Jesucristo, Mi Hijo en la Trinidad, y para que encuentren la verdadera Santa Misa de sacrificio.

Mis amados hijos, creed que Yo, vuestra Madre Celestial, haré todo por vosotros. ¿No he estado siempre a vuestro lado? ¿No te he apoyado siempre también a ti, Mi pequeña Moni? ¿Podrías haber soportado esta expiación, que también soportas hoy, en la voluntad del Padre Celestial? Sacrifícala por tu madre, que en este momento no quiere dar marcha atrás. Tú la has precedido, le has mostrado la verdadera fe. Ella vive en el modernismo y el malo no quiere ceder todavía, porque el alcohol está en juego. No temas, mi amada hija, eres Mía y sigues siendo Mía. Te amo y sigo guiándote en la verdadera fe. ¿No te cuidan en la casa de la gloria, en la casa del padre? ¿No están todos maternalmente preocupados por ti y no sigues siendo Mi hija? Una y otra vez te abrazo con amor. Y ahora le doy la palabra a tu Padre Celestial.

El Padre Celestial dice: Amados hijos, amado pequeño rebaño, cuánto os ama vuestra Madre Celestial en este día de su honra. Ella se alegra de todas las felicitaciones que le traéis. Os da las gracias y os sonríe. Se preocupa amorosamente de vosotros. El maligno no tendrá poder, pues la Madre Celestial conducirá a todos tus hijos al Padre Celestial cuando le digan Fiat. Sigue sacrificándolo todo. Hasta ahora tus hijos no se han vuelto atrás. Aún necesitan muchos sacrificios y mucha expiación. Viven en este mundo y disfrutan plenamente de este mundo. Ésta no es la voluntad del Padre Celestial.

Yo, el Padre Celestial, me encargaré de que tus hijos no sean siempre los descarriados y los incrédulos. Un día se arrepentirán, pero precederán muchos sufrimientos, expiaciones y penitencias de los hijos. El Padre Celestial debe hacerles sufrir, de lo contrario no se salvarán, porque su fiat es necesario y por ello estáis expiando, mis amados.

Mi amado grupo de Heroldsbach, mañana viajaréis en gran número al lugar de gracia de Mi Madre Celestial. Estarán presentes unas 60 personas. Tú, hijita mía, has avisado a casi todos. Te doy las gracias por ello. También quiero dar las gracias a Mi Directora, Mi Teresa, que se ha encargado de que los folletos de los libros se difundan por el mundo. Hasta ahora se han hecho 40.000 y se están distribuyendo por todo el mundo. Cuántos sacrificios ha hecho Mi amada Teresa y también todos los que siguen asegurándose de que los volantes se distribuyan y que la Madre Celestial pueda esperar tantos sacrificios de estos, vuestros hijos, que la ayudan a que tantos puedan ir al hueco. Allí comenzará la procesión a las 9.00 de la mañana del día 13 de cada mes. Allí experimentarás milagros. Siempre se os permitirá participar en la Santa Misa Sacrificial después del Dvd.

Mis queridos hijos marianos de cerca y de lejos, seguid encargando este Dvd para vuestros conocidos, para vuestros parientes y amigos, porque es muy importante para los tiempos venideros. Manteneos alejados de las iglesias modernistas. Allí está presente el maligno, allí no se puede creer y no se puede confiar, y no hay Santa Misa de Sacrificio, al contrario, allí tiene lugar una comida de hermandad de los protestantes. Os amo a todos y quiero salvar a muchos, muchos sacerdotes a través de vosotros de la ruina eterna.

Amado pequeño rebaño, vuestro Padre Celestial os pide, implora al Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celestial que os bendiga a todos, que ame a todos vuestros parientes y conocidos y los conduzca de nuevo a la verdadera fe.

Tú, Mi amado hijo sacerdotal, comenzarás tu labor pastoral aquí en Mellatz. Será fructífera, porque casi todos en esta pequeña ciudad son adictos al error y a la incredulidad. No temas cada visita, pues serás guiado y tus palabras saldrán de tu boca con fluidez, pues son del Espíritu Santo. Tu Madre Celestial, la Esposa del Espíritu Santo, también estará contigo. Acude cada día a esta pequeña ciudad de Mellatz y cuida de todos, para que puedan encontrar el camino de vuelta, porque no estáis aquí para nada, sino para difundir la verdadera fe. Sois los modelos a seguir en este lugar. De vosotros cuatro se debe poder leer lo que significa la verdadera fe católica: el sacrificio, la expiación, la oración, los Siete Sacramentos, el rezo del Rosario. Todo debe fluir de nuevo en la fe católica. Todo es importante.

El maligno sigue teniendo su poder también en este mi lugar Wigratzbad. Pero, como ves, la lucha será fructífera. Te apresurarás allí y transmitirás estas gracias que recibes aquí en la Misa del Sacrificio. La Santa Misa del Sacrificio se difundirá por todas partes, pues esta Santa Misa del Sacrificio según Pío V en el Rito Tridentino corresponde sólo a la verdad.

Consigue estos libros con Mis Mensajes, que están disponibles en todas las librerías y en la editorial Mainz. Estos libros os ayudarán a conservar, vivir y dar gracias de que sois católicos y de que vivís para los demás, no sólo para vosotros mismos, sino para la salvación de los que aún no quieren arrepentirse. ¡Amad a vuestro prójimo y amad a vuestros enemigos! Os digo esto, que por supuesto no es fácil. Muchos serán vuestros enemigos, pero podréis evitarlo todo mediante la fe. El santo arcángel Miguel blandirá su espada a tu alrededor cuando el maligno quiera atraparte con palabras dulces. No corresponden a la verdad. No debéis ser alabados, pero debéis ser capaces de sufrir persecución en el seguimiento de Jesucristo, Mi Hijo. Entonces debéis seguir amando a vuestros enemigos cuando os desprecien, cuando os persigan, cuando os quiten vuestro honor. Entonces os haréis fuertes y sólo entonces seréis amados por encima de todo.

Así, tu Padre Celestial y tu Madre Celestial, con todos los ángeles y santos, te bendicen hoy en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Permanece en el amor, ¡pues el amor es lo más grande! Ahí reside toda tu fuerza. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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